Se veía venir. Tantas vueltas y revueltas, tantas idas y venidas, tantos proyectos vacuos y palabrería huera en torno a la ampliación del itinerario que deben cumplir todas las cofradías y va el pueblo y lo prolonga a su manera.
Todo hay que decirlo: Con la colaboración de los chinos. En Sevilla se dice que los chinos son aliados de San Fernando porque están terminando con los moros.
Es broma, como apostillaba el inolvidable Cassen. La frase resume una situación comercial de “nouvelle vague”. Allí donde aparecen las tiendas insondables de los amarillos con sus precios de rebajas de verano y sus sonrisas de oreja a oreja los del turbante empiezan a atisbar el horizonte para buscar acomodo en otro sitio. Mas fácil hacerlo así que resistir la competencia sin tiempo siquiera para rezar a través del profeta, al Dios clemente y misericordioso.
Se ha visto y padecido este año. Todo aquel que no tenía sitio abonado en la Campana,la calle Sierpes o la Avenida adquiría su sillita plegable en “un chino”, pequeño Corte Inglés servido por ciudadanos y ciudadanas de Pekín o sus profusos alrededores y con ella se iba a buscar acomodo allí donde su sabiduría de experimentado estratega en contemplar desfiles procesionales le avisaba que podían esperarse momentos sublimes.
Copio de los periódicos del día que la Delegación de Fiestas Mayores y Turismo admite que el aumento de las sillas plegables ha generado una situación “preocupante”. Se han taponado salidas y se ha dificultado la circulación de los peatones en las zonas del recorrido de las cofradías que no forman parte de la Carrera Oficial.
El Ayuntamiento ya estudia medidas para corregir este problema. “Es un tema complicado porque es difícil prohibirlo, pero dado el aumento considerable habrá que plantear en el seno del Consorcio y del Centro de Coordinación Operativa (Cecop) una reunión para afrontar esta nueva cuestión dentro de las posibilidades --explicó la delegada de Fiestas Mayores, Rosamar Prieto-Castro-- No podemos prohibirlo-añadió- pero sí, por razones de seguridad, limitar las zonas en las que no sea conveniente el uso de las sillas”.
La delegada admitió también que ya este año se ha abordado el tema en el seno de las reuniones de trabajo.
Pues no hay que interrumpirlo y, menos, aplazarlo, querida delegada.El pueblo sevillano históricamente lo hizo así. Cuando el alcalde García de Vinuesa empezó a sacar a la plaza de San Francisco los mullidos sillones de las Casas Consistoriales para que los munícipes e invitados contemplasen los desfiles de las cofradías los vecinos de la collación salían con los suyos y los situaban donde mejor les parecía. Fueron los precursores de los silleros.
Ahora no hay sillones sino sillitas fabricadas por los menudos orientales que, sin proponérselo, han ofrecido una solución inesperada al controvertido asunto de la ampliación de la Carrera Oficial.
3 comentarios:
He visto desde debajo de mi antifaz lugares en los que el público de las sillitas estaba perfectamente organizado. Para muestra un botón: la Cuesta del Bacalao, justo en el cruce con Placentines: aquello parecía una tribuna.
Lo cierto es que el público de a pie no podía pasar ni por acera ni por la calzada. Solución: empujar a los nazarenos. Lo pasamos realmente mal.
A mi las sillitas no me gustan.
Pero es que las sillas, palcos, tribunas de la carrera oficial tampoco.
Y naturalmente no me gusta la carrera oficial.
Quien quiera verlo sentado, en la Catedral se está fresquito.
Admitiría una zona de sillas en el tramo final de la Avenida para personas con movilidad reducida y controlado y organizado por el Ayuntamiento y el Consejo. La carrera oficial debería empezar en el cruce con García de Vinuesa-Alemanes y terminar en la puerta de Palos.
Porque la C. O. lleva haciendo años lo mismo que ahora las sillitas de los orientales.
Saludos
Antonio
Siento no haber leido este post antes de escribir mi comentario de anoche, aunque a parte de esto creo que debería de controlarse más el tema del botellón (ahora en su variante sillita cofrade)especialmente en Semana Santa.
No puede ser que demos una imagen a los que vienen a visitarnos del todo dantesca: entre las botellas de Coca Cola de 2 litros, penintentes vestidos con ruán llegando a La Magdalena para formase mientras que sirven, durante su trayecto, de escarnio juvenil.
Me he llevado una pequeña decepción en esta Madrugada...
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