No tiene desperdicio la carta abierta que ha dirigido el conocido arquitecto José Garcia Tapial y León al señor Espadas que es uno de los candidatos a ocupar próximamente la alcaldía de la ciudad.
El señor Espadas que trata por todos los medios de darse a conocer, lo que me parece muy bien, porque lo que se dice hasta ayer mismo muchos de los que pretende gobernar desde la alcaldía no teníamos ni pajolera idea de su existencia, no orilla tampoco el propósito de caer simpático y de meterse en el bolsillo las inclinaciones de los sevillanos.
Y con estas dos premisas sale el otro día y dice que si él llega a ocupar el sillón propondrá convertir el Convento de Santa Clara en el lugar de ensayo de las bandas de música procesionales y en taller de reparación de sus instrumentos.
El arquitecto confiesa en su escrito que, apenas leyó esto, sintió que le invadian la sorpresa y el estupor. No es para menos.
El infante don Fadrique, aquel que soñaba amores desde la torre de su nombre, se revolvería en su tumba desasosegado y temeroso. ¿Qué futuro de corcheas y semifusas esperaría al Palacio que él construyó sobre los restos del primitivo alcázar almohade que se erigía en el lugar? ¿Y qué a sus yeserías de ataurique… a las epigrafías góticas y a todas las muestras de arte y de cultura que fueron prendiendo de sus muros las sucesivas generaciones que dotaron al edificio del respeto y la consideración que merece?...
Afortunadamente la insólita propuesta del candidato se ha tropezado con el valladar científico de la carta del arquitecto. Una demostración más del papel que deben jugar en la defensa de los valores culturales, artísticos e históricos tanto la Universidad como los Colegios Profesionales.
El de Aparejadores, por ejemplo, patrocinó unas publicaciones sobre este monumento cuya lectura recomienda el señor Garcia Padial al candidato. Y , generosamente,se brinda a acompañarle para mostrárselo en directo.
Yo me atrevería a llegar más lejos. Invitaría también a sus asesores. A este grupo silencioso y presuntamente culto y capacitado que crece cuando el político logra sus objetivos y consigue esos honorarios escondidos pudorosamente.
Aunque, al que le ha recomendado su propuesta más vale que lo apunte al curso de Temas Sevillanos con la recomendación al bueno de Antonio Bustos de que no le permita faltar a clase.
1 comentario:
Indiscutiblemente yo me quedo con una cosa que ha dicho Juan Ignacio Zoido por dos motivos verdaderamente importantes para un futuro alcalde, uno, por lo que de historia tiene la famosa frase "El que se fue de Sevilla perdió su silla"(léase la historia de Don Alonso de Fonseca arzobispo de Sevilla) y el otro motivo, el sentido obrero, en este caso representado por el digno oficio de carpintero.
Sus palabras encierra toda una esperanza para el futuro, fueron estas: "Yo aspiro a gobernar Sevilla no para salvar los muebles y conservas la silla como hace el PSOE. Aspiro a gobernar Sevilla con transparencia, para que Sevilla funcione, para que en Sevilla se viva y se trabaje mejor. Para situar a Sevilla donde Sevilla merece estar".
Lo mismo hay alguien que piense que estas palabras están buscando algún voto y es que nunca mejor dicho el pensamiento es libre.
Cordiales saludos
Esther Luque
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