viernes, 19 de octubre de 2012

OTRO MAS PERDIDO EN LA BUROCRACIA

… Ni siquiera le basta uno de esos sistemas integrados de navegación que, a través del GPS, se convierten desde el salpicadero del coche en insufribles copilotos sabelotodo. Se ha perdido y no sabe por donde tirar El cacharrito le lleva a donde quiera ir. Le deja las manos libres. Le indica con voz suave las calles y las carreteras. Le avisa de los giros y previsibles cambios de dirección… Pero nada de eso le sirve para sus propósitos. Es incapaz de avanzar por los ignotos caminos de los burócratas. Advierte con temor que puede ser una víctima más como ese sufrido conductor del que informaba el ABC del domingo que lleva seis años, entre papeles y ventanillas, aguardando que Urbanismo le pague los daños causados en su coche por haber metido una rueda en un socavón traicionero. El automovilista reclama poco más de sesenta y nueve euros. El, ni eso. No pide que le paguen nada; simplemente que el Catastro de Huelva deje de atribuirle la propiedad de lo que no es suyo. Cuando se prejubiló adquirió con lo que le dieron un modesto pisito en La Antilla y cual no fue su sorpresa cuando solicitó sus datos en la Agencia Tributaria y comprobó que le hacian propietario de no se cuantos pisos más repartidos entre la playa y el mismo Lepe. Desde entonces lleva protestando por escrito. Ha conseguido a fuerza de Burofaxes y certificados que le desprendan de varios de estos inmuebles, pero aun queda uno que resiste impávido su defensiva. Recientemente ha rectificado el Catastro onubense los valores fiscales de las viviendas de la zona. El ha recibido la Notificación que le corresponde y la del piso que no es suyo. Hace poco le escribió al Jefe de la oficina catastral contándoselo todo por enésima vez. Hoy empieza a albergar serias dudas en torno a la comprensión de la lectura del encumbrado burócrata que no se ha dignado contestar a su razonado escrito. Volverá a sentarse ante el ordenador y a rebuscar datos para redactar otra reclamación. Una más. En Andalucía una quinta parte de los que tienen trabajo cobran de lo público. Esto divulga el Boletin estadístico del Ministerio de Hacienda. Lo que no dice es que una porción dispersa de esta masa laboral tenga como objetivo provocar el trabajo de los demás escribiendo cartas de protesta.

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