viernes, 12 de octubre de 2012
Recuerdos de la Expo y del centenario de la evangelización de America
Todo es opinable, pero yo creo que la Expo no hubiera sido como fue sin Jacinto Pellón, ni los actos conmemorativos del quinto centenario de la evangelización de America hubieran tenido lugar sin la creatividad y los esfuerzos de Luis Rodríguez Caso.
De la clausura de ambos acontecimientos, que conmocionaron la vida de la ciudad, acaban de cumplirse veinte años y, en torno a ello, de manera especial en la vertiente que afectó al mundo cofrade, se habló el otro día en Telesevilla.
José Antonio Rodríguez, que cada vez lo hace mejor, y Esteban Romera, su compañero ante cámaras y micrófonos, con el que forma una acoplada y eficaz pareja de presentadores, me invitaron al programa “Semana Santa en Sevilla” que se produce en directo, con una perfección y ajuste de tan envidiable profesionalidad que ya le costaría imitar a no pocos equipos de realización de las grandes cadenas de televisión de nuestros días.
Yo desgrané mis recuerdos sobre la transmisión televisiva del Santo Entierro grande. Y ellos, aparte de someterme al amable e inteligente cuestionario que enhebró sobre la marcha José Antonio, (que locuta todo el programa sin guión escrito ni autocue) se extendieron sobre las huellas de las tres sedes de la Exposición “Los Esplendores”, idea genial que consiguió materializar el recordado doctor Rodriguez Caso desde el puesto de presidente del Consejo General de Hermandades y cofradías que ocupaba entonces.
La panorámica distanciada que permite el paso del tiempo aconseja enjuiciar las torpezas y falta de respeto con que trató la procesión sevillana algún que otro responsable (irresponsable debería escribir y eso es lo que me pide el cuerpo) de la televisión nacional, hundiendo los esfuerzos que durante más de dos meses llevábamos a cabo un grupo escogido de expertos venido de los estudios centrales, y la redacción del Centro Territorial andaluz
Fruto de estos trabajos previos, en el ABC del sábado siete de marzo podía leerse que Televisión Española retransmitiría el paso del Santo Entierro grande desde la esquina de la calle Sierpes con la plaza de San Francisco hasta la Puerta de San Miguel, en la Catedral y lo haría con los equipos más modernos de que disponía el Ente. Diez cámaras convencionales de última generación, dos steadycams y una “cabeza caliente”.
Las steadys son cámaras autónomas a hombros del operador y la “cabeza caliente” una cámara colgada de una grúa, no de obras de albañilería, sino de estudios a lo Samuel Bronston, que maneja el especialista desde un panel en el suelo.
Sería la única oportunidad que tendrían miles de sevillanos para presenciar todo el cortejo procesional. El programa empezaría a las siete y media y finalizaría a las diez de la noche.
Me encargaron que consiguiera los permisos para situar la “cabeza caliente” en la puerta del antiguo Colegio de San Miguel, lo que logré con la inestimable ayuda de los canónigos Gil Delgado, ya fallecido y Francisco Navarro, pero…
Todo para nada.
Con esta cámara se había planificado recoger el avance de cada uno de los 18 pasos y acompañarlo hasta su entrada en la Catedral… Sin embargo, horas antes del comienzo de la transmisión, el equipo encargado de la inauguración de la Expo se la llevó … para hacer un ensayo.
Y la conexión no la dieron a las siete y media como estaba previsto sino después de que finalizase el programa que a la hora de comienzo mantenía en antena la dos, cuya cadena era la elegida para esta transmisión religiosa y luego que se emitiese el noticiario con sus añadidos de información deportiva y el tiempo.
Total: cuando empezamos acababa de entrar en la zona que recogían las cámaras el paso del Cristo de la Expiración del Museo que ocupaba el décimo primer lugar de los dieciocho seleccionados y cuando Fernando Delgado, recién nombrado director de Tele Expo, que había pedido acompañarme en la descripción verbal, y yo, nos disponíamos a narrar el lento discurrir de los nazarenos que precedían el paso de la Soledad de San Lorenzo, nos conminaron desde Madrid a despedir el programa porque había llegado la hora prevista para emitir “Noches del Paralelo” un show probablemente grabado en vídeo que presentaba Sarita Montiel desde el Teatro Arnau de Barcelona.
Así fue y así lo cuento. Cuando narraba todo esto a José Antonio Rodriguez y Esteban Romera se me escapó una sonrisa divertida. Entonces, no. ¡Qué va!
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