miércoles, 10 de febrero de 2010

Otro cofrade que se va.

No me acuerdo bien ni de la frase completa ni del autor de ella, pero sí de su significado: bien venido seas dolor si vienes solo.

El dolor por la muerte de Pepe Sánchez Dubé se ha visto acompañado por un dolor nuevo: el del fallecimiento de Daniel Jiménez- Quirós.

Lo de Pepe aunque duela, se veía venir. Lo de Daniel nos ha cogido por sorpresa a todos.

Yo estuve con él este verano. En La Antilla. Nos vimos una tarde a la salida de la Misa vespertina y hablamos largamente de cofradías que ya se sabe que en la playa y durante los meses del estío es un inevitable y sabroso tema de conversación para los que estamos metidos en esto de las Hermandades.

Me dijo que, junto a su mujer estaba preparando oposiciones y que aprovechaba intensamente todas las horas del día porque ya la convocatoria la tenía cercana.

Había tratado yo intensamente a Daniel no solo en la Tertulia El Museito con motivo de las entregas de los afamados Jarrillos de lata sino con motivo del Santo Entierro Grande que organizó él y retransmitió la Uno de TVE.

En aquella ocasión pidió acompañarme como comentarista Fernando Delgado que residía en Sevilla con motivo de la Expo y ambos hubimos de soslayar un problema importante que fue el despiste de los programadores de Madrid que habían situado el horario de conexión mucho después de que la procesión (ya sabemos que casi siempre,pero más en estos casos, el Santo Entierro es una procesión antes que una cofradía) llegase a la Carrera Oficial desde donde la habíamos de recoger.

Entonces, al igual que en otras repetidas ocasiones, Daniel me hacía llegar datos y circunstancias de gran valor para describir el cortejo. Y siempre se mostraba satisfecho del trabajo que hacíamos.

Malo es que la guadaña no pare cuando llega. Las levas cofrades son inquietantes. Por eso resulta tan delicado alcanzar los primeros números de la nómina de la Hermandad a la que pertenecemos. Aunque, como se ha visto, la Parca, desagradecida, no respeta a los más jóvenes ( Daniel hacia poco que había entrado en la cincuentena) aunque la saquen todos los años en procesión.

Que su Señor de las Tres Caidas de San Isidoro, yacente en la imponente urna del Santo Entierro, lo lleve de la mano por los caminos del Cielo.

5 comentarios:

manolo y espe dijo...

Que bonito papi, pa que veas que te sigo. Un beso

Anónimo dijo...

estimado señor garrido. en primer lugar quisiera hacerle llegar el pésame a la familia,de ese señor. en segundo felicitarle por las cosas tan hermosas que les escribe incluso en momentos asi, es usté un grandisimo escritor.me gustaría pedirle un favor,como última mente veo que esto esta muy de luto,quisiera que le dijese por favor a antonio,que felicidades por como le va en la serie,los protegidos,y que si puede le diga a quien pone la serie que no haga tanta repeticion de los capitulos que ayer perdieron media hora contando lo que ya hemos visto.creo que antonio no tiene blog verdad?.para poder decirle cosas de la serie sin tener que molestarlo a usted tantas veces.pero bueno como se que pasa a leer.que sepa que le deseamos lo mejor en mi casa siempre.a los dos a el y a usted.

José Luis Garrido Bustamante dijo...

Gracias, gracias y gracias.
Antonio visita este Blog cuando tiene tiempo. Espero que lea el Comentario.De todas formas se lo trasladaré.
Abrazos

Jordi de Triana dijo...

Dicen que en el Cielo existe un lugar para los buenos cofrades de Sevilla. Un Mar lejano y hermoso donde irán a vivir y no morir los ríos de nuestras vidas.

Dicen que esa imborrable huella que dejaron en la Ciudad de sus amores se hace vida en privilegiado lugar al final del infinito Celeste Firmamento.

Dicen que abundan las tertulias a pies de mesas de camilla, dicen que existe un Arco florecido a los pies de una Esperanza, dicen que existe una Plaza que hace de pórtico al GRAN PODER DE DIOS y dicen que a los pies de una Virgen Morena navega un viejo Río.

Dicen que existe una Torre Centinela que desde el Cielo custodia a su niña terrenal llamada Sevilla.

Dicen que ese lugar y al llegar la primavera ensayan cuadrillas de costaleros a la voz de capataces en nuestra memoria, dicen que entre todos los que alcanzaron allí la Gloria formaron una cofradía.

Dicen que cada Madrugá de Viernes Santo desde el más privilegiado Balcón se asoman los mejores hijos de Sevilla y que de sus gargantas nacen los más bellos poemas de amor a nuestra Semana Santa.

Dicen, que a veces, es tan grande la emoción que sus ojos se inundan de lágrimas, es la lluvia que se precipita sobre el florecido jardín de nuestra Sevilla.

Querido Dani, nuestro hermano Filiberto Mira te esperaba desde hace tiempo para hablarte de un nuevo Santo Entierro Magno. Espérame en el Cielo y no pongas todavía en la calle esa alzada Cruz de Guía, porque quiero volver a ser costalero de nuestra Virgen María en la más hermosa procesión que en el Cielo llaman la Eterna Cofradía.

José Luis Garrido Bustamante dijo...

Óle. Me incorporo delante de mi butaca y me pongo a aplaudir.