domingo, 21 de febrero de 2010

Vía Crucis.-

Obligado es para quien estas líneas escribe referirse en este texto, “entrada” en la terminología de uso cibernético, al Vía Crucis y a los Vía Crucis. El Vía Crucis, en singular, es el de las cofradías.Los Vía Crucis, los que en el prólogo de la Semana Santa organizan las cofradías penitenciales.

En los antecedentes de la conmemoración de la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, al estilo sevillano, extendida luego por Andalucía y otros lugares, con las procesiones de las cofradías, hay quien cita al Monarca Conquistador Fernando Tercero el Santo a raíz de su entrada y dominación de la ciudad y hay quien los sitúa en este piadoso ejercicio potenciado como consecuencia de la visita a Tierra Santa del primer marqués de Tarifa, don Fadrique Enríquez de Ribera, acompañado del poeta Juan de la Encina en el siglo dieciséis.

Es evidente que, además de la piedad, la actividad hospitalaria, los gremios, como antecedente de la agrupación sindical y la defensa común ante el racismo estuvieron en estos comienzos. Pero, sobre todo, el Vía Crucis que, tras haber sido primero postergado y después olvidado en el catálogo de prácticas piadosas de los ciudadanos, se recuperó afortunadamente el primer viernes de la Cuaresma de 1957 y, con algunas modificaciones, ha llegado a nuestros días.

Hoy procede recordar algo de esto y añadirlo a la memoria de este cofrade ejemplar recientemente desaparecido que fue Pepe Sánchez Dubé.

La primera innovación fue la incorporación de una imagen en el cortejo. Parecía incongruente, escribió Joaquin González Moreno, otro de los cultos cofrades sevillanos que intervinieron decisivamente en esta recuperación,que una procesión en la que participaban todas las cofradías de penitencia de Sevilla no llevase un paso o unas andas con un cristo.

Las siguientes reformas escindieron el Via Crucis de las Cofradías del Via Crucis en la Casa de Pilatos organizada por la Pía Unión de la que fue eficacísimo secretario Sánchez Dubé.

Hoy este ejercicio piadoso dispone como antecedentes y consecuentes de manifestaciones callejeras parecidas entre las que ha destacado este fin de semana la del Santísimo Cristo de la Salvación de la Cofradía de la Soledad de San Buenaventura

A pesar de que la lluvia les sorprendió a mitad de la calle Méndez Núñez la cofradía aligeró el paso hacia la parroquia de la Magdalena donde se rezaron diversas estaciones en la Capilla de la Quinta Angustia y ante el imponente altar de Quinario del Cristo del Calvario

Hay un esplendido reportaje fotográfico en Arte Sacro. No se lo pierdan.

2 comentarios:

Jordi de Triana dijo...

Mañana nos reuniremos para celebrar el Vía Crucis de las Hermandades y Cofradías de Sevilla. Seguiremos unos pasos que rememorarán esa misma senda que siguió Jesús en su camino hacia el Monte Calvario. El Vía Crucis es una invitación a la oración, a la meditación y al recogimiento. A su naturaleza externa de acto público de fe debe unirse la reflexión interior que debemos hacer cada uno de nosotros. Las distintas cruces de guía que representarán a las distintas Estaciones de la Pasión y Muerte de Jesús simbolizarán a cada una de las imágenes representativas que suelen acompañar a este acto.

El Miércoles de Ceniza nos marcó el inicio de la cuenta atrás hacia un nuevo Domingo de Ramos y el ejercicio del Vía Crucis nos hablará del verdadero sentido para los cristianos que esta Semana tiene para todos nosotros. Las cenizas sobre nuestras frentes nos llevaron al camino de la reconciliación con Dios y nos enseñaron lo insignificantes que podemos llegar a ser y que es la riqueza de espíritu el mayor valor añadido para los cristianos.

El Vía Crucis nos llevará a entender la gran magnitud del más hermoso acto de amor realizado sobre la Tierra. Profundizar en las distintas estaciones nos llevará a comprender que Jesús sufrió por nosotros y nos llevará a la conversión. Mañana viviremos esa hermosa metáfora de cada Cuaresma que nos traslada hacia la Santa Tierra hace más de dos mil años. Como cristianos debemos abrazar esa misma Cruz en la que Cristo redimió al Mundo y ser compasivos en el dolor de la Virgen que sufrió sobre su pecho cada espina clavada en el rostro de su hijo.

Miramos al Cielo y mostramos nuestras dudas sobre la celebración de un acto esencial para nosotros. Realmente la celebración del Vía Crucis no va a depender de los caprichos de la Ciencia Meteorológica, las puertas de la Casa de Dios están abiertas para todos y todos estamos invitados a seguir el camino que Él mismo nos marcó. El Vía Crucis es una llamada del espíritu a la intimidad del creyente.

En ningún momento debemos tomar esta celebración como algo superficial y sí debemos profundizar hasta llegar a alcanzar a descubrir su verdadero significado. No debemos olvidar en ningún momento a nuestros hermanos que sufren porque en ellos se refleja el sufrimiento de Cristo.

La Hermandad de la Carretería ha preparado cada detalle con sutil cuidado. Su Estación Penitencial cada Viernes Santo es una invitación continua a la oración, a ahondar en la fe y a recobrar la memoria de la Sevilla espiritual y profunda que no termina de morir, como no terminó de morir Cristo al resucitar de entre los muertos y dar sentido a nuestras creencias.

Mañana celebraremos el ejercicio del Vía Crucis. En las manos del Santísimo Cristo de la Salud estará que este esperado acontecimiento, previo a su celebración, atraviese las entrañas de la Ciudad hasta llegar a su corazón o si bien que el acto tenga lugar directamente en ese mismo corazón y en la intimidad de sus paredes.

El Crucificado de la Hermandad de la Carretería proveerá alumbrado por la Luz y el Mayor Dolor de su Madre.

José Luis Garrido Bustamante dijo...

Magnífico complemento, Jordi, a mi "entrada". Yo no lo hubiera hecho mejor. Enhorabuena por haberlo escrito.
Un abrazo