Hoy, yo comentaría lo que los sevillanos acabamos de vivir con la beatificación de Sor María de la Purísima en directo o a través de la televisión con dos cofrades excelentes: Antonio Soto Cartaya y Antonio Jiménez López. Pero ya no puedo hacerlo. A los dos los convocó la voz del hermano que pasaba lista para la última cofradía y se fueron caminando despacito en su tramo.
Los dos de negro. Uno con el cordelillo franciscano anudado a la cintura. El otro con las alpargatas que gustaban a Sor Angela y calzan hoy las sombras silenciosas de los nazarenos del Calvario.
Es fácil analizar ese acontecimiento feliz para las beneméritas y ejemplares Hermanas de la Cruz y para toda la Iglesia Sevillana por su amplia difusión, lo que significa una decisión adecuada de la dirección de Giralda TV, que, con trabajos así, justifica su existencia y su sensibilidad al servicio de los sevillanos.
Toda la retransmisión se pudo seguir en el mundo a través de Internet, en www.giraldatv.es, y en los portales de El Correo de Andalucía, Diario de Sevilla, ABC, la web de la Macarena, el portal cofrade de artesacro y la propia web de Madre María de la Purísima que repitieron su señal.
Esto merece un aplauso.
Lástima que la realización del evento no haya rayado a la altura de los cuantiosos e importantes medios puestos a su servicio por este esfuerzo que también supone un sacrificio personal de los profesionales que lo han llevado a cabo y una inversión económica relevante.
La homilía del Cardenal Angelo Amato, prefecto para la Congregación para las causas de los Santos, resultó sencillamente un ladrillo. Interesante en la temática que abordaba, nada menos que los hechos destacables de la vida de la nueva beata, pero aburrida en la reiteración de planos del orador. Con lo fácil que hubiera sido haberle pedido el texto con anterioridad y confeccionar sobre él un documental de apoyo.
Esta falta de imaginación se repitió a lo largo de toda la transmisión que, además, adoleció de una aportación de imágenes que sobraban, como la de la Macarena delante de los graderios vacíos del estadio que recordaba aquella del camión cuando fue llevada a las Misiones y de una carencia de secuencias informativas como la de la asistencia de autoridades presentes, tanto eclesiales como civiles y militares.
En el sonido, la reverberación desde el altar era continua y cuando intervenía el coro se escuchaba más a Pepo, su conocido director, que a los cantantes.
Menos mal que recogió el entusiasmo y la duración de los aplausos que se ofrecieron a la Macarena, las Hermanas de la Cruz, la Madre María de la Purísima, la nueva beata, y al Cardenal Amigo Vallejo, cosa, esta última, que no parece que hubiese previsto su hermano en el cardenalato, monseñor Rouco.
Antonio Soto, adalid siempre de la bondad y la comprensión, me hubiera respondido suavizando estas reflexiones. Antonio Jiménez López ,con su sevillanía habitual. Cruzaba la calle Sierpes con andares de torero retirado y como ofrecía un cierto parecido con Curro Vázquez, yo siempre lo saludaba con un ¡adios, maestro, que usted siga bien! con lo que una vez le pidieron una entrada para ver a su sobrino Cayetano.
No tengo cerca ya a ninguno de los dos. Por eso me he volcado hoy con estas opiniones que tal vez se consideren escasamente políticas, pero que son sinceras como era la fraternidad de estos dos auténticos amigos.
4 comentarios:
Técnicamente no puedo opinar por no tener ni idea, pero me pareció toda la ceremonia un tremendo "peñazo".
¿Quién ha preparado el escenario Dios mío?
Qué dispendio en gastos para quien eligió la pobreza entre los pobres.
¿Qué dirían Madre Angelita, Madre Teresa, Fray Leopoldo o la misma Madre María de la Purísima?
En fin, que carajera tiene los dirigentes de nuestra Iglesia.
Saludos, que tenga buen domindo
Perdón pero he tenido que eliminar el anterior comentario. Salió como quiso salir.
Totalmente de acuerdo con el compañero, entiéndase, con No cogé ventaja, no con el de la inversión, que valiente pájaro será…
Un acto en el que MM de la Purísima fue eclipsada por cosas que bajo mi punto de vista, eran secundarias.
Y la retransmisión pues eso, a la carrera, como cuando muchos se encajan en un balcón de la Campana pensando que perogrullada van a contar mientras pasan parejas y parejas de nazarenos…
Un saludo
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