Si Moratinos acude a dar la cara hispana en el increíble problema del Sahara se merece toda clase de alabanzas acerca de su sentido de responsabilidad, su amor a su patria y a su profesión y su bondad natural.
¡Enseguida iba a ir más de uno a apagar el fuego desatado mientras la responsable de los bomberos había puesto la mar oceana de por medio aunque se justifique aduciendo que se embarcó antes del pistoletazo de salida! ¿Y para qué sirven los aviones sentrañitas mías?
El inconsciente Zapatero pretende quedar bien con el Rey de Marruecos, con el Frente Polisario y con el pueblo saharaui. Y eso no puede ser y, lo que no puede ser, además es imposible. Esta partida de billar a tres bandas no puede jugarse con decisiones de torpe aficionado.
La situación es mucho más complicada y exige algo más que la dudosa preparación diplomática de la perdedora de los comicios de Madrid, antes acaparadora de vacunas gripales inservibles.
La crisis gravísima que zarandea a Marruecos y al Sahara está pidiendo ya a voces la mediación de muchos hombres de sólida preparación y bondad acreditada de los que el ex ministro Moratinos, caprichosa y frívolamente levantado de su asiento, puede mencionarse como ejemplo.
Detener los enfrentamientos y la pérdida de vidas humanas en el antiguo protectorado español es lo más acuciante del momento. Frente a ello aun las noticias más relevantes empiezan a carecer de importancia y hasta se borra de lectores u oyentes el gesto de sorprendente incredulidad que provoca conocer que el presidente del Gobierno ,campeón del paro, se haya ido a Seul a explicar a los asistentes de la cumbre del G-20,cómo se puede generar un millón de puestos de trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario