Estaba viendo en Antena 3 el ultimo capítulo de la serie "Luna, el secreto de Calanda" y distrajo mi atención el buen hacer interpretativo de la joven Macarena García, reciente descubrimiento de la cinematografía nacional, esa que exhibe sin pudor sus desviaciones y carencias cada año en los premios Goya más proyectados en los medios de comunicación por sus destempladas incursiones en la política nacional que por el desarrollo hispano en el Séptimo Arte.
A Macarena le ha concedido la Academia el Goya como actriz revelación por su trabajo en la multipremiada Blancanieves.
Me alegro por muchos motivos. Macarena es sevillana. Del barrio de San Lorenzo. Aprendía el oficio en una peluquería a la que acudían no pocas clientas atraídas por su simpatía. En sus ratos libres estudiaba arte interpretativo en el CAT que estaba en la calle San Luis. Hoy ya no podría hacerlo. El CAT, Centro Andaluz de Teatro que, desde 1988, enseñaba y obtenía de sus aulas excelentes profesionales capaces de poner en escena obras de tan reconocido refrendo mundial como "Otelo el Moro", "Julio Cesar" "La Lozana Andaluza" o "Bodas de Sangre" es actualmente un proyecto cultural andaluz que, a lo que parece, puede estar irremediablemente perdido.
Temiéndolo fundadamente la Unión de Actores de Andalucía había concertado días pasados una reunión con el Consejero de Cultura de la Junta, Luciano Alonso, que fue suspendida por éste alegando otros quehaceres más perentorios en la preparación del Dia de la Comunidad.
Eva Díaz Pérez, mi admirada compañera y novelista premiada publicaba en El Mundo del pasado 26 de febrero un artículo titulado ¿Qué fue del teatro público andaluz? en el que Roberto Quintana, el iniciador de este proyecto pronunciaba una frase demoledora, sobre todo leída hoy, Dia de Andalucía: "Lo han desmantelado igual que lo crearon, sin saber lo que hacen"
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