No quisiera la similitud de esta “entrada” con el eco campanudo de la voz del sochantre cantando exequias fúnebres en un entierro, pero me temo que no lo voy a poder evitar. Si se cumple lo anunciado, hoy cierra la televisión municipal del Ayuntamiento de Sevilla. Hoy le quitan al enfermo terminal que era desde hace dos años Giralda TV los cables del respirador artificial de la programación de archivo. Hoy se convierte en un encefalograma plano el hálito vital de esa televisión que llevaba por bandera nada menos que el nombre de la torre más emblemática de la ciudad. Hoy pasará a ser un agujero negro, como puede ser el de las perspectivas de su futuro, lo que, con ilusión y esfuerzo se ha venido manteniendo a duras penas hasta llegar aquí.
Lo que mal empieza, mal acaba. El aserto vuelve a adquirir con este final la confirmación del vaticinio. Giralda TV, como televisión municipal, empezó mal y ha acabado peor. Empezó con trampa. Con la licencia de la señal analógica que le cedió Onda Giralda en base a unos acuerdos que no se hicieron públicos, pero que pudieron suponerse cuando se conocieron los primeros contratos. Esta argucia permitió a la teledifusora mantenerse en el éter antes de recibir la licencia en TDT.
Pero a partir de ahí comenzó su ruina, con un desbordamiento de los costes inasumible por la venta de publicidad y las subvenciones con cargo a las arcas del Municipio. Pablo Castilla, el último director que tuvo la emisora antes de municipalizarse, trasladado como administrador a su nuevo organigrama en virtud de los acuerdos mencionados antes, lo advirtió reiteradamente sin que nadie le hiciera caso. Récord de pérdidas: 14 millones de euros en los dos primeros ejercicios.
Zoido,el alcalde, cuando se hizo con las llaves de la despensa de la Casa Grande, en Junio de 2011, se comprometió a salvar de la quiebra a la empresa para defender sus puestos de trabajo contando para ello con la inestimable colaboración de su Teniente de Alcalde delegado de empleo, economía, fiestas mayores y turismo, Gregorio Serrano. Nadie les ha ayudado y menos los que por mantener la O de obrero en sus siglas estaban más llamados a hacerlo. El canal deja de emitir tras acumular 11,5 millones de deuda.
El 'apagón' de Giralda TV es fruto de esa gestión ruinosa. Unos gastos millonarios que requerían constantes inyecciones económicas, una costosa programación externalizada al cien por cien, una previsión de ingresos publicitarios irreal, elevados sueldos y un desproporcionado tren de gastos protocolarios de sus directivos.
Algunos de los causantes de este descalabro todavía se permiten impartir doctrina y darnos lecciones de ortodoxia democrática desde los programas de tertulianos de la televisión. ¡Y no tienen cara, ni na!
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