El termómetro
de la taquilla pronunciará la respuesta definitiva. Desde estas jornadas en las
que se van desvelando las combinaciones que más parecen pudorosas prendas
interiores de recatadas damas que escuetos atisbos de carteles con
vocación de barberías antiguas, hasta
que se descorran los velos conventuales de los tornos de la plaza, todo pueden
ser especulaciones, quimeras y aventurados comentarios.
¿Ha acertado
la empresa o se ha vuelto a equivocar otra vez?... Tras la idea revolucionaria
de la propuesta inédita para la corrida
de Resurreción que no se si le ocurrió a Canorea o fue fruto de la creatividad
hispanogala de Simón Casas,¿ qué es lo que se ve que pueda sorprender?... y
¿qué lo que pueda alentar a los eternos sufridores de los tendidos a sacar el
abono o a sustituirlo por el encargo de las cuatro o cinco entradas para las
corridas que más les gusten?
Personalmente
opino que la reacción de la gerencia de la plaza ante el desafío soberanista de
los cinco amotinados ha debido ser más contundente. En el entramado de toros y
toreros falta el recambio de ganaderías fuertes y la alineación partidista en
ayuda del toreo sevillano. O, si abro la espita de mi comprensión… del toreo
andaluz.
Nada de
Madrid… nada de sometimiento a recomendaciones de otras empresas… Menos de lo
de siempre. Y más de lo nuestro. Me sobran Juan del Alamo y Paco Ureña y David
Galván y, no digamos el televisivo Miguel Abellán.
Me faltan más
corridas de banderilleros, subalternos como los excelentes de la cuadrilla de
Javier Castaño, o consagrados como
Padilla, El Fandi y Ferrera… añoro la presencia de los luchadores del Sur,
Oliva Soto, Miguel Angel Delgado, Salvador Cortés, si es que no entra en el
cartel del Corpus, en vez de Agustin de Espartinas…Tampoco veo a Curro Díaz ni
a los rejoneadores Hermoso y Leonardo…
En serios
aprietos pueden poner con sus preguntas mis compañeros periodistas
especializados a Canorea y Valencia cuando presenten este abono.
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