¿Cómo están ustedes?.

Ea,pues ya estoy aquí de nuevo. Como se calcula que nacen 60 blogs por minuto en el mundo, hoy lo harán 59… más éste. Sabido es que el fenómeno blog es el primer medio nativo de Internet y uno de sus padres en España, el periodista y profesor de la Universidad de Navarra José Luis Orihuela, autor de ecuaderno.com.
ha observado que su mayor valor reside en su carácter solidario y comunitario. Frente a la feroz competencia de la prensa tradicional, emisoras de radio o cadenas de televisión, la blogsfera se caracteriza por los lazos entre sus miembros.

Saludo,pues, con estas tres palabras joviales que popularizaron los payasos de la tele y con las que quiero mostrar mi buen ánimo, a todos aquellos que me hacen el favor y el honor de visitar periódicamente esta bitácora y naturalmente a todos los que, como yo, laboran en las suyas y a los que cito en las acotaciones marginales de estos textos.

Orihuela ha dicho también que “una imprescindible inmensa minoría de blogs —son numerosos pero no hacen sombra a las bitácoras personales- es influyente, constituye un contrapoder, un contraste a la voz oficial y a su eco mediático y, lo más peligroso para los medios asentados: reciben miles, incluso millones de visitas”

Quiera Dios que esta lúcida observación del profesor de la Universidad pamplonica tenga su inmediato reflejo en este modesto trabajo habitual que se corresponde con los que llevan a cabo mis compañeros en la red a los que deseo igual ventura.

El Otoño a cuyas puertas nos encontramos, se adivina calentito y movido. Con la caída inexorable de las hojas de los árboles pueden caer igualmente noticias y acontecimientos dignos de ser analizados a través de este medio de expresión.

Lo malo es que a él han llegado también los políticos. No podían faltar. Uno de cada cinco parlamentarios tiene presencia propia en la red. El Grupo Socialista es el claro dominador al contar con 48 diputados con blog, seguido del Popular, con 12, y del Catalán (CiU), con seis. Como el resto de mortales blogueros, muchos de estos profesionales de la cosa pública, diputados o no, pretenden ganar adeptos y conseguir la trascendencia de sus anotaciones y propuestas a través de su presencia en la blogsfera.

Se ha escrito que los apocalípticos argumentan que las bitácoras -castellanización del término blog-, fomentan la descalificación, el morbo y el mal uso del lenguaje.
Temo que con esta irrupción de los acomodados aurigas de las riendas públicas estas desviaciones puedan llegar abruptamente, pero me consuela la esperanza, asentada en la comprobación de la realidad, de que son mayoría aquellos que, a modo de diario personal, narran los capítulos vitales o experiencias de su autor.

Los blogs requieren gran dedicación y en muchas ocasiones una considerable dosis de romanticismo.Escasos privilegiados consiguen acercarse a los grandes de la red.

Menos mal que, por doquier, sigue imperando la libertad.Esa libertad de la que tanto alardean los políticos encumbrados sin cesar de maquinar subrepticiamente para cercenarla a la ciudadanía en su propio beneficio.