lunes, 21 de junio de 2010

Atentado al Gran Poder

Se me atropellan los pensamientos. Desde que la impactante noticia de la agresión al Señor llegó a mi conocimiento no consigo desviar la atención a otro tema.

Pero no se qué decir a fuer de querer decir tanto. Porque es algo tan serio y tan significativo que es difícil impedir el desbordamiento de las conclusiones cuando es precisamente lo que conviene hacer sin duda alguna.

Al Padre y al Hermano de todos nosotros, los creyentes, claro, le han arrancado un brazo y lo han maltratado. Y el hecho nos ha dejado lacerado el corazón. Afortunadamente no estábamos allí para en un rapto ciego tomarnos la justicia por nuestra mano. Y ahora hay que esperar que las Fuerzas de Seguridad y los Jueces hagan su trabajo.

Para muchos será fácil descubrir orígenes y buscar culpables. Pero habría que asumir el riesgo del error y la posible imputación falsa de la culpa.

Algún agorero clamará afirmando que se veía venir. Otros echarán un vistazo a la panorámica sociológica del presente con la matanza de inocentes legalizada, los violadores y asesinos de niñas puestos en libertad y las agresiones sexistas a mujeres sistemáticamente repetidas sin que consigan ponerles coto los que tienen la obligación de impedirlos y deducirán que cómo se iba a librar de tantos horrores la imagen de Dios que se hizo hombre para cargar con ellos…

Todo está controlado… todo va bien… decía el hermano mayor, más mayor ayer que nunca,a todos los que se interesaban por el estado de la Sagrada Imagen, como el que encabeza la familia detrás del padre que ha sufrido un accidente en la calle y lo están operando.

El agresor, un drogadicto. Las preguntas en el aire: ¿por qué?... ¿movió alguien a distancia la mano deicida?...

Es de esperar que esta vez no se haga una “investigación de libro”… que no resuelva nada.

3 comentarios:

Macarena dijo...

Lo acabo de leer, Don Jose Luis y todavia no doy credito.
Espero que tal y como parece, la talla tenga arreglo y la basilica y su comunidad recuperen la tranquilidad, aunque el daño moral esta hecho.
Un cariñoso saludo de una "recien estrenada hermana" de la Hermandad de Nuestro Padre Jesus del Gran Poder y Maria Santisima de la Esperanza Macarena de Madrid.

Anónimo dijo...

El cobarde/s que se haya atrevido a hacer algo así, no cuenta con la fuerza y la Fe de todos vosotros. El daño que quiso hacer, sólo dependerá de vuestra unión y vuestra Fe, será truncado, se verá mermado, ante el hecho de que su patraña hará que vuestra unión y vuestro corazón se haga más fuerte ante tamaña barbarie. Recordad que sólo hace daño el que puede y no el que quiere, y que esto puede daros la oportunidad de haceros más fuertes.
Mucho ánimo y ante al adversidad crece la Fe.
Salud y adelante, de "una novata en esto pero veterana en la Fe"

"El verdadero carácter siempre aparece en las grandes circunstancias". Napoleón Bonaparte

Contra

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

¿Qué explicación más puede tener que el desatino o la locura?
¿Quién en su sano juicio es capaz de maltratar a su Padre?
Dios nos libre de pasar por dónde ha pasado ese desgraciado que ha maltratado al Señor.
Mal empieza el verano. Un abrazo