Me repicó la campanilla de la puesta en guardia Álvaro Martínez desde su “Batallón de los
perplejos” de ABC al desvelarme una
peculiaridad que yo desconocía del currículo vitae de mi nueva presidenta.
Susana es de la Hermandad de la O. ¡Anda!, me dije, Susana es rabanito, o
rabanita, si me atengo con riguroso alineamiento a la pronunciación de la
gramática de las recordadas y nunca bien ponderadas Leire o Bibiana.
Yo, que soy hombre de mi tiempo, que empecé, alternando
mis estudios con mis intervenciones como locutor, en aquella Radio Nacional de
España que organizaron en el Gran Britz un grupo de hermanos de la Amargura, y
que alardeo orgullosamente cuando la ocasión lo requiere de que mi Pregón de
Semana Santa del año noventa, ha sido el único que ha honrado con su asistencia,
encabezando a las autoridades, el Presidente de la Junta de Andalucía, no puedo
olvidar que aquel hecho insólito, y hasta el momento irrepetible, se produjo
porque Borbolla y un servidor éramos hermanos de la misma cofradía.
Sí, señor. Y qué elocuente testimonio de sencillez
fraterna daba don José cuando llegaba como uno más, se acodaba sobre las cajoneras
de la sacristía, como uno más y, como uno más, se metía en la cola de los
nazarenos que desaguaban sus nervios ante el único wáter disponible en los
minutos previos a que se abriesen las puertas de la Magdalena.
Álvaro se detiene minuciosamente en la trabajosa
trayectoria de la recién encumbrada presidenta: afiliada a la rama juvenil del
partido…cargo orgánico local …dirigente provincial con escaño en la
administración local… cargo medio con escaño
en la Administración central (Senado) y alto cargo orgánico con escaño en la
administración autonómica y puesto en el gobierno regional.
Dieciséis años abriéndose paso en estas frondas. Y,
encima, va la niña y se saca la carrera de derecho. En diez años, pero eso no
importa. Yo, en sus circunstancias, no me habría sacado ni el carnet de
conducir ni el carnet del Betis.
Loor a doña Susana cuya última catequesis en la parroquia
de la O mencionan hoy sus apresurados biógrafos. (Por cierto que hablan de ella
como catequista, no como cofrade.(Perdón: cofrada). A lo peor estoy metiendo el
remo por no haber confirmado esta última circunstancia. Tendré que hablar con
mis amigos de Arte Sacro que seguramente están al cabo de la calle)
1 comentario:
Querido hermano, en esta ocacion usted me desconcierta, no en lo que concierne a Don José.
Sigo en la cola cada madrugada, y aunque en el silencio de la Magadalena veo a su descendencia, siempre me acuerdo de usted.
Saludos.
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