sábado, 19 de septiembre de 2009

El imperdonable atraco de la subida impositiva.-

Parece que las cartas están echadas y que a nadie se le ha ocurrido otra solución.
El déficit público podría alcanzar el 12% del PIB en 2009. Economía aprobará la mayor subida fiscal de la historia para reducir la brecha.

La ministra Salgado habrá terminado de cuadrar sus cuentas y lo que falta es concretar a quien le tocará la china del pago aumentado. O, por mejor decir, a quien no le tocará porque el aumento afectará en mayor o menor medida a todos los bolsillos.

Ante decisión tan trascendente conviene reducir los términos del problema al ámbito doméstico y preguntarnos qué haríamos en nuestra casa si faltase dinero. Y las soluciones vendrían desde dos caminos: Procuraríamos hacer una colecta entre los miembros de la unidad familiar y reduciríamos los gastos.

El gobierno, que es la familia de la casa de todos, se olvida de la última propuesta y hace la colecta pero no recorta ninguno de sus gastos con lo que, consecuentemente, la alternativa al aumento impositivo no se produce jamás.

Hay quien ha hecho las cuentas determinando que si se eliminaran subvenciones, cursos, ministerios y ayudas al exterior se reduciría el déficit en 30.000 millones, sin necesidad de subir impuestos.

¡30.000 millones de gasto anual!, que se dice pronto. Y que equivalen a casi la mitad de la recaudación por IRPF en 2008, a casi dos tercios de los ingresos por IVA y a más de la totalidad de los impuestos especiales y del de sociedades. Esto es lo que podría eliminar Zapatero sin que los españoles no contaminados por el poder político se resintieran lo más mínimo.

Es un agravio serio a la ciudadanía que la única política económica que se estima como posible pase por subir los impuestos cuando se está despilfarrando el dinero ajeno, que es el dinero de todos, con alevosía y sin nocturnidad.

Sigamos con los ejemplos caseros. Supongamos que en nuestra Comunidad de vecinos se celebra Junta y dice el administrador que a ese muchachito de Bolivia al que un día se le prestó dinero él, tomando su propia decisión, le ha comunicado que no lo tiene que devolver. Y, a renglón seguido, advierte que,como todo está subiendo mucho, no hay más remedio que elevar las cuotas.

¿Cuánto creen ustedes que dura en el cargo el nefasto administrador antes de ser corrido a gorrazos por todos los reunidos?

Bueno puesto esto, trasladado a las altas esferas del Palacio de Santa Cruz, es lo que acaba de hacer nuestro cuestionado presidente acabando con la deuda bilateral boliviana en un acuerdo que culmina la primera visita oficial de su amigo Evo Morales España.

La deuda era de 77 millones de dólares y cinco millones de euros. Y el dinero no pertenecía al administrador, sino a la Comunidad. ¿A dónde habría llegado el escándalo público si esto hubiera ocurrido en el portal de la casa de usted?
Y encima va el tío y dice que hay que subir las cuotas. ¡Vamos, hombre!

2 comentarios:

Antonio Jiménez dijo...

Perfecto, vamos a empezar elimando los gastos de la casa real y allegados, que parece que a usted y a muchos se le olvida, ese es el mayor despilfarro.


Un saludo

José Luis Garrido Bustamante dijo...

¿Y de dónde saca usted este parecer mío, señor Jiménez?