El titular me ha salido largo. Se pasa en dos palabras del que se aconseja para un texto como éste. Pero me da igual. La cota de libertad que por ahora se goza en estos blogs me lo va a permitir.
Hoy empieza el serial taurino continuado en la Maestranza que tuvo el prólogo de azahar y clavel reventón del festejo del Domingo pasado. Y hoy, como bien sabe la empresa y su jefe de relaciones públicas, Pedro Girón, empieza a caer esa pléyade de presumidos comentaristas, escritores y críticos taurinos de los Madriles y su entorno que, con desprecio pasado de moda y de rosca, le pegan un empujón con el culo a los periodistas locales y se sientan en su banco lanzándolos al santo suelo, previa exigencia del lugar preferente que les corresponde, según ellos están acostumbrados a reclamar, en las localidades de la plaza.
Me parece injusto, absurdo y despreciable. Todos los años hago lo mismo. Me salto a la torera – nunca mejor empleada esta frase – las páginas que escriben estos señores y señoras que llegan a Sevilla como si el toreo lo hubiesen inventado ellos, marginando en su ignorancia que se inventó aquí y de toros y de toreros supieran ellos más que nadie, lo cual es notoriamente incierto como ellos mismos se empeñan en confirmar a lo largo del año en no pocos de los patinazos que pegan en sus crónicas.
De verdad, que, salvando a Barquerito, es una especie que debería extinguirse. O, por lo menos, seguir el ejemplo de “El Pais” que se lleva a Las Ventas a nuestro crítico local Antonio Lorca para que enjuicie con su recto criterio la Feria más importante del planeta taurino.
Y que Dios les de su Gloria al recordado Diaz Cañabate cuyo último trabajo, y tal vez el de mayor relevancia, fue sustituir a Cossío, tras su fallecimiento y por expreso deseo de este, en la dirección de Los toros, y a Don Gregorio Corrochano que desde las páginas del España de Tánger imponía un magisterio a la crítica taurina en el que deberían mirarse los que hoy se atreven a “bajar a provincias” para escribir de nuestra incomparable Fiesta Nacional.
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