jueves, 17 de octubre de 2013

UN GRITO CENSURADO



No hubo mejor definición para un cartel impactante que “un grito en la pared”. Un fotógrafo con sensibilidad Daniel Ochoa de Olza ha captado a Juan José Padilla calándose la montera momentos antes de iniciar el paseíllo en un primer plano que es más que un grito: sube muchos grados y se convierte en clamor… en alarido… o en recia voz enronquecida.  

Estaba destinado a multiplicarse en miles de copias que se fijarían en las paredes, en las carteleras ambulantes y en las banderolas que se colgarían de las farolas a modo de anuncio para promocionar la última edición del World Press Photo que tendrá lugar en Barcelona.
Pero no ha podido ser. Como en los peores tiempos de la ausencia de libertades ha sido prohibido de inmediato por el Consistorio catalán. No a causa del texto con el que la imagen sería acompañada, limitado a proporcionar los datos de la muestra, sino por la imagen misma. Por el rostro tenso del torero con el goterón negro de su ojo tapado…por las manos firmes acoplandose la prenda de cabeza …por los antebrazos cubiertos por las mangas  bordadas en oro de su chaquetilla…

Por todo. Y por nada. Simplemente porque se trata de un torero y a los miembros del Consistorio  barcelones parece que les ha parecido una ocasión perfecta para seguir ahondando en su desprecio a la fiesta brava.

Conviene recordar que la imagen vetada obtuvo el segundo premio del prestigioso concurso el pasado año, y que es la elegida por el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) para publicitar la muestra.

Les da igual. Ellos a lo suyo que ya sabemos lo que es.

Si yo fuera Padilla les daba las gracias. A esa foto que es como una poesía épica, que personaliza el heroísmo, el valor y la voluntad indomable, se le haría un deshonor grande colgándola en algunos sitios.

Y, aunque parezca una paradoja felicito al autor de la obra gráfica. Como suele suceder, las prohibiciones y las censuras resultan muy publicitarias. La foto que no quieren ver los catalanes aparece hasta en las portadas de los periódicos. Es lo mismo que ocurría cuando en la Sevilla del Cardenal Segura el purpurado prohibia ir a ver “La Blanca Doble” porque era una revista en la que las vedetes enseñaban demasiado. Al día siguiente se llenaba el teatro San Fernando.


No hay comentarios: