miércoles, 8 de enero de 2014

POBRE GRAMÁTICA

"Un fuerte temporal abate la península”. Mi ordenador me sirvió esta frase a modo de titular de un informativo. Como abate es la tercera persona del indicativo del verbo abatir cuyo significado es derribar o echar por tierra, si la construcción literaria hubiese sido buena, en ese momento los peninsulares, léase españoles y portugueses, hubiéramos estado tan arrinconados como boxeadores agazapados en la esquina del cuadrilátero esperando que sonase la campana.

La frase no es cualquiera de esas que aparecen en los programas de alguna televisión local entregada con ardoroso entusiasmo a demostrarnos que somos “ansi”, y auto complacida de hacer “feliz a todos los niños” sino nada menos que en el servicio Bing de noticias de Internet.

Obviamente sobra la a inicial. El temporal puede batir, que es, según el diccionario de la RAE, derribar o pegar golpes y, en su cuarta acepción y referido al mar o al agua, dar en una parte sin estorbo alguno. La letra inicial del alfabeto convierte el fragor de las olas gigantes y el viento desatado en un clérigo francés. El abate Fleury fue un distinguido eclesiástico galo, autor de “Las costumbres de los cristianos” un libro muy leído en la España que se acercaba a la cultura en el siglo XVIII.


Pobre gramática. Zarandeada sin pudor por los usuarios del whatsApp y alterada a capricho por quienes hoy se atreven a mancillar sus dominios sin recabar permiso.

A mí no me dejan sacar una muela porque no soy dentista… ni me permiten graduar unos ojos para que lleven gafas porque no soy  optometrista… ni me autorizan planificar una construcción porque carezco de las titulaciones de aparejador o arquitecto, pero cualquiera se adueña de un micrófono o un teclado para decir las simplicidades que quiera con las incorrecciones idiomáticas que le surjan en el camino y si se califica a sí mismo de periodista puede tener la tranquilidad de que no habrá ni asociación  ni facultad que se lo impida.

No hay comentarios: