Adiós a la
emisora de televisión que había llegado a Sevilla instalando sus estudios en el
Convento de Santa Rosalía de las Capuchinas de la calle Cardenal Spinola.
María Visión
ha echado el cierre. Se ha ido a negro, frase muy del argot del gremio,
expresiva por demás. Ha dejado de funcionar. Si intenta sintonizarla ahora
encontrará el inevitable pijama a rayas de la ausencia de imágenes.
Me sube a la
boca un regusto amargo después de haber
escrito esto. Disfruto cuando se crean nuevos medios informativos y me invade
una preocupada tristeza cuando cierran o se van.
Maria Visión
apareció en las pantallas sevillanas tras unas sencillas obras de
acondicionamiento de una zona del recinto conventual que permanecía sin uso.
Las llevó a cabo la productora Apóstol Santiago, responsable de los contenidos
de programas que, desde entonces, se ajustaron en una parrilla propia cuyo hilo
conductor fue el fomento de los valores
católicos y la defensa de la dignidad de la persona. El equipaje que ya traía
al que dieron acento andaluz.
Instaló con
carácter fijo cámaras y micrófonos en el interior de la Basílica de la
Macarena… sirvió con eficacia y profesionalidad algunos de los grandes
acontecimientos de la Iglesia en España… dedicó programas a las cofradías
(“María Visión con el Consejo” que presentaron la consejera Maruja Vilches y el
joven periodista Juan Manuel Labrador)… a la Romería del Rocío (“Rocío de fe”
que escribió y presentó Francisco José Pavón)… a otros muchos aspectos del
trabajo eclesial hispalense…
Y ahora ha
dejado de emitir. Nadie ha empuñado el cerrojo precursor del portazo. Ni
siquiera el reajuste que se presume inminente de las frecuencias de la TDT… ¿La
crisis?...
Desde 1993
cuando las primeras imágenes de la cadena aparecieron en Méjico sus gestores no
quisieron ni la subvención ni los ingresos por publicidad. Pretendieron vivir
de las aportaciones voluntarias de sus telespectadores. En el Pais Azteca lo
consiguieron con creces. Aquí no.
Aquí, donde
la costumbre es bajarse la música en Internet sin que cueste nada y además
gratis, como decía uno, y ha descendido peligrosamente la grabación y venta
discográficas y aun rebuscamos en el bolsillo hasta encontrar los céntimos que
depositaremos en la bandeja petitoria de la Misa o la Función Principal de
Instituto, ¿cómo les íbamos a firmar un ingreso bancario a esos pesados que se
llevaban gran parte del día rezando el Rosario en televisión?...
¿Cuánto han durado, dos años?... A tres, no han
conseguido llegar. Lástima
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