Decía yo, no ha mucho, en esta Bitácora, que, cuando mis cinco hijos eran
chicos, tanto visitamos mi mujer y yo las instalaciones y dependencias del Corte
Inglés que mis retoños a todos los grandes almacenes, fuesen o no de la cadena,
les llamaban así.
Y recordaba también en el mismo texto que nunca se lo dije a Isidoro
Álvarez, el gestor abnegado y sabio que encabezó durante florecientes décadas
su cúpula directiva, aunque una vez le confié a Javier Peinado que entonces era
su director general en Sevilla, que el gran hombre, o sea Isidoro, solía comer
cuando era estudiante en la misma mesa que yo en unas instalaciones para
universitarios de Madrid donde se degustaba la comida de mediodía a precio muy
asequible en compañía de otros que llegaron a ser tan famosos como él, entre
ellos Luis Izquierdo, director que fue de la Sinfónica Hispalense y Carmelo
Bernaola, el inspirado autor de la partitura de “Verano azul”
Ha muerto Isidoro. Todos los periódicos del día que he leído ponderan su
figura. Justa unanimidad. De él se escribe que empezó desde abajo y situó a la empresa
a la que consagró su vida a lo más alto convirtiéndola en referente indiscutible
de la distribución en España.
Un hombre hecho a sí mismo, ejemplo para muchos que tuve la fortuna de conocer.
Descanse en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario