Fue tal día como hoy. Se cumplen cinco años.Porque sucedió el once de marzo de 2004.El terror se apoderó de Madrid esa mañana cuando, en un periodo de quince minutos, estallaron de forma simultánea diez de trece bombas colocadas en cuatro estaciones de trenes de la capital española. Al final de la fatídica jornada,casi dos centenares de personas perdieron la vida y cerca de dos mil resultaron lesionadas.
Las noticias sobre la autoría de esa masacre,la mayor de la historia moderna española, fueron confusas desde los primeros momentos. Las pistas iniciales orientaron el dedo acusador hacia el terrorismo islamista como consecuencia de la participación española en la guerra de Irak. La tarde del sábado 13 de marzo, jornada de reflexión electoral, tres ciudadanos marroquíes -entre ellos Jamal Zougam, considerado uno de los autores materiales de los atentados- y dos indios fueron los primeros detenidos.
Las investigaciones posteriores,colmadas de dudas, vacilaciones y posturas imprecisas que sembraron la inquietud en la ciudadanía, desmontaron la explicación que se manejaba para que fuese creida. Ni Irak tenía nada que ver.Ni los terroristas constituían un comando llegado de fuera.Ni siquiera los explosivos habían sido introducidos por nuestras fronteras. Todo estaba aquí.
El magistrado Javier Gómez Bermúdez, que es ahora uno de los aspirantes a presidir la Audiencia Nacional,lo puso de manifiesto en el fallo de un laborioso proceso del que hay una sentencia, en lo que sin duda fue uno de los juicios más importantes de la historia de España. Ni estuvieron todos los que son, ni parece muy claro que fuesen todos los que están.
El abogado de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, José María de Pablo, recoge en un libro que sale ahora a la luz toda la documentación oficial recopilada durante el juicio y la instrucción de los atentados de Madrid.
Se titula “La cuarta trama”. No es la primera vez que el abogado, que ejerció una de las acusaciones particulares, utiliza esta expresión para referirse a las incógnitas que, tras cinco años y con un proceso judicial y dos sentencias de por medio, existen todavía
Ya en su exposición final de conclusiones, cuando la vista oral en las instalaciones que la Audiencia Nacional tiene en la Casa de Campo de Madrid tocaba a su fin, habló de la existencia de esta cuarta trama. La sentencia que emitió el tribunal presidido por Javier Gómez Bermúdez y después la del Tribunal Supremo no hicieron sino reafirmar su tesis.
Los dos fallos desmantelaron la versión que sobre la autoría intelectual de los atentados habían ofrecido las tesis oficialistas. "El Egipcio", Hassan el Haski y Youseff Belhajd fueron absueltos de estos cargos. El Supremo dio un paso más al desligar de manera definitiva la masacre de Al Qaeda.
Apoyándose, pues, en los datos policiales y judiciales que se conocen, de Pablo señala que además de las tres tramas conocidas y causantes de la tragedia: la trama Asturiana, la de la banda de El Chino y la del Tunecino existen como mínimo cuatro incógnitas por despejar: quiénes idearon el 11-M, quiénes suministraron Titadyn a la banda del Chino, quiénes montaron las bombas en la finca de Morata de Tajuña y quiénes manipularon la investigación y a la opinión pública.
¿Quién entonces organizó los atentados? Han pasado cinco años y todavía esa es la primera de las interrogantes del 11-M que quedan por resolver.
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