Pido prestado a mi admirado Abel Moreno, compositor donde los haya y creador de innumerables marchas procesionales, el titulo de una de ellas dedicada a los costaleros para encabezar este articulillo semanasantero. Y ,aunque ha podido experimentar en sus propias carnes el trato que reserva esta ciudad que no merece a quienes la gobiernan, hacia los que, por haberse volcado con ella, se hacen acreedores de su exacto cumplimiento de aquel refrán antiguo que avisa que el que se fue de Sevilla perdió su silla, espero que me lo permita y hasta que me lo haga llegar en forma de comentario, que debo confesar que, salvo en lo deportivo, ´el maestro, mas palangana que el pregonero Barbeito de la corbata de las rayas rojiblancas, regalo de Delnido y este servidor, incorregible sufridor betico, en todo lo demás siempre hemos coincidido.
La voz del capataz de mi lejana adolescencia era la del abuelo Ariza, enjuto y encanecido, siempre de riguroso luto y con alpargatas de monjita de las Hermanas de Sor Angela, que mandaba al único paso que entonces sacaba Santa Cruz con tanta eficacia como silente compostura. Y, en contraste, los gritos y los gestos de Alfonso Borrero que desentonaban en la armónica salida del pasopalio de la Virgen de los Dolores de las Penas de San Vicente aunque me inspirase el verso que aun se recuerda de mi Pregón de 1990: Que bien se llevan los pasos, andando sobre los pies – con las mecias cortitas y acompasao el vaivén.
“Y habiendo igualao los cuerpos, al modo de Rafael, aquel Rafael Fatiga que capataz supo ser, si alterar nunca un gesto y con firmeza a la vez, maestro de los martillos y de las voces de miel”, escribí también. Porque era Rafael Franco Rojas paradigma de los grandes capataces de aquellos años.
Hoy me detengo a escuchar lo que dicen estos hombres al llegar a la Campana. Algunos, como Luis Gómez Caminero, el del Cristo del Calvario, como si fuera de nazareno. Otros, en la vertiente opuesta, sacándose de la manga inéditos términos, tal como ese “así… así me gusta…con elegancia” que, en lo vocal no puede ser más inelegante.
Unos, como Antonio Santiago, heredero del magisterio y la eficacia de las formas o los hermanos Gallego con sugestiva parquedad y profesionalismo sin fisuras. Y otros, como mi admirado Carlos Moran, haciendo evangélica petición su preludio antes de cada golpe del martillo: Al Cielo el hijo de Dios.
Luego demostrara su extraordinaria cuadrilla del paso de misterio de San Benito que Sevilla, con ellos, sigue siendo el quinto evangelista.
1 comentario:
Antes que nada, desearles a todos uds. una feliz Semana Santa, que se que la viven de una manera diferente y especial. Queria comentar el post del 16 de marzo, disculpe el off topic, soy de Barcelona y muchos catalanes estamos hasta las mismisimas narices de Carod y del Tripartito. Muchos catalanes pasamos de nacionalismos y otras cosas inútiles con que se llenan la boca los políticos, simplemente queremos llegar a fin de mes, vivir en una ciudad segura(Barcelona se está conviertiendo cada vez más en una ciudad invivible), poder pagar las facturas(dificil lo tenemos con nuestros queridos politicos), y simplemente vivir en paz!
Soy catalanoparlante porque es la lengua de mis padres, pero encuentro patetico lo que están haciendo el sr Carod y compañía, aparte de hacernos antipáticos al resto de españoles,sin tener muchos de nosotros ninguna culpa, imponiendo el catalán hasta el punto de hacerlo aborrecible a la gente que viene de fuera. La lengua se ha de proteger, es cierto, pero no imponer. En fin, lo escribo aquí por el post del 16 de marzo queda más abajo y me apetecía comentarlo y que ud. lo leyera.
Aprovecho para declararme admiradora absoluta de la serie Los Protegidos y del trabajo de su hijo Antonio, su personaje es sencillamente genial (él lo definió en una ocasión como un "antiheroe" alguien en quien nadie se fija,pero tiene un punto de ternura que seguro que muchas mujeres querrian un Mario en su vida ;P), como todos los que interpreta, disfruto muchisimo viendole actuar. Me alegro que la serie tenga audiencia porque así no la quitarán como hicieron con La chica de ayer, que nos supo fatal a un monton de telespectadores.
En fin, perdon por la parrafada, mañana Viernes Santo hay la tradición en mi ciudad de sacar al Cristo de Lepanto y decir las 5 oraciones
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