Como a estas altura de la película ya habrán visto ustedes el magnifico cartel de Semana Santa que se ha sacado de sus ortodoxos pinceles el profesor don José Antonio Huguet y Pretel y habrán conocido cuanto se ha dicho de bueno de él, habiéndose escrito igualmente perfectos e ingeniosos artículos encomiásticos, creo que me toca hacer lo propio, contando con que quienes me hagan la atención de visitar este blog me habrán de perdonar las torpezas en que pueda incurrir que serán más ostensibles si se compara lo que a partir de aquí escriba con lo que ya ha sido escrito.
ABC, el día anterior del que eligió Antonio Burgos para publicar en “El Recuadro”la impresión que le había producido ,texto que salió ayer y que,por supuesto, recomiendo sin tardanza a todos ustedes, acompañó la foto del pintor y su obra diciendo que “Huguet Pretel plasma el Evangelio según Sevilla” y recogió la opinión de Adolfo Arenas,presidente del Consejo de Cofradías que la ha calificado como un auténtico pregón.
Sí,señor. Un auténtico pregón del Evangelio según lo siente y lo vive cada primavera el temblor de la vieja Híspalis, al que no le falta nada,ni le sobra tampoco, para poder encuadrarse dentro del barroquismo de la expresión religiosa de la ciudad que ha recogido el maestro.
Ha no poco años que el Consejo debería haber llamado al profesor Huguet para hacerle el encargo. Yo no sé si él lo ha venido esperando, convocatoria tras convocatoria, pensando en el albor de cada una de ellas cómo trazaría el canto pictórico de la Semana Santa de su tierra,de su hermandad y de su familia. Los esbozos de cada uno de estos carteles nonatos se quedarían como las letras de esas canciones a medio escribir que, con los primeros compases de la partitura, guardaba Rafael de León para exhibir como poética colección de naipes sonoros a la estrella del folklore que acudía al estudio madrileño del famoso trío, Quintero, León y Quiroga, a pedir temas inéditos para un espectáculo nuevo.
De esta baraja colorista de motivos ha nacido el anuncio gráfico de este año. Todo un desbordamiento de inspiración y de maestría. ¿Qué quieren ustedes… un cartel?... Pues, ahí van.Catorce. ¿Qué dicen los libros de la Facultad que tiene que ser el cartel… un grito en la pared, que en este caso sería el arranque de una saeta…?... Pues, esto es más: Un acorde largo inspiradísimo de una marcha procesional que suena mientras sin saber ni cómo ni porqué se huele a azahar y a cera nueva.
El hoy del mensaje cristiano transmutado en imágenes para conocer la obra redentora de Jesucristo como ayer se trasladaba con sentido iconográfico a la piedra esculpida de los arcos de puertas y ventanas de las catedrales del Románico.
El cartel de Huguet. Tardó en llegar, pero en la Campana lo estaban esperando.
¡Ahí queó!
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