Sorprendido y triste me he quedado como católico de a pie tras el recibimiento hecho a don Juan José Asenjo al llegar como arzobispo coadjutor a Sevilla.
El hecho, que se ha presentado como uno de los grandes eventos del acontecer eclesiástico en nuestro país en este año, ha resaltado por un forzado loor de multitudes caracterizado por la asistencia de cuarenta y tres obispos, más de trescientos sacerdotes, cientos de personas, aunque se esperaban miles,y dieciséis pantallas gigantes instaladas en las naves de la Catedral.
Pero también por el escaso fervor popular. No se han visto autobuses de las parroquias. No han acudido los hermanos mayores de las cofradías.Dos canónigos,Francisco Navarro y Miguel Oliver tampoco. Y los asistentes, venciendo la propaganda oficial, han estado a la altura de las circunstancias, pero en un clima de frialdad trasunto del aire helado que acariciaba los tobillos.
Escasa igualmente ha sido la recepción capitular. Sin cruz alzada ni deán con capa pluvial. Y el acto no ha sido retransmitido por Popular Televisión,cosa que ha extrañado mucho tanto más cuanto que en Málaga se ofreció en directo para toda España la toma de posesión de don Jesús Catalá.
A este respecto se recuerda que dentro de la Catedral el único estamento que tiene jurisdicción para autorizar la instalación de cámaras y micrófonos es el Cabildo Catedralicio en pleno. Ni el Dean, ni nadie pueden sustituirlo. Es una decisión colegiada que toman los votantes, en este caso los canónigos, nombrados todos por el Sr. Cardenal haciendo uso de sus prerrogativas, no como hasta el año 1985, que eran por méritos propios y concurso oposición.
Hace mucho tiempo que no se nombraba a un arzobispo coadjutor. Esta decisión del Vaticano no es frecuente en España. Se recuerdan catorce desde que don José Maria Bueno Monreal llegó para relevar al Cardenal Segura lo que, como es sabido, éste recibió muy mal. El siguiente ha tenido como protagonista a monseñor Amigo que, por el contrario, lo ha aceptado razonablemente, protagonizando un ejemplar testimonio de sometimiento a las decisiones papales y argumentando inteligentemente la medida en su petición personal.
La relación, salvo error u omisión por mi parte, es esta:
27-10-1954: José María Bueno Monreal (Sevilla)
27-10-1954: Antonio Añoveros (Cádiz y Ceuta)
30-10-1954: Eugenio Beitia (Badajoz)
20-11-1959: Segundo García de Sierra (Oviedo)
13-02-1960: Emiio Benavent (Málaga)
19-02-1962: Doroteo Fernández (Badajoz)
23-01-1965: Juan Ricote (Teruel)
21-02-1966: Marcelo González (Barcelona)
20-07-1966: Miguel Roca (Cartagena)
26-08-1968: Emilio Benavent (Granada)
08-04-1988: Fernando Sebastián (Granada)
19-10-1990: Ignacio Noguer (Huelva)
25-06-2001: Juan Enrique Vives (Urgell)
13-11-2008: Juan José Asenjo (Sevilla)
O sea que de catorce de estos singulares nombramientos, la mitad fueron para Andalucía.
No tengo nada contra Monseñor Asenjo, con el que, muy al contrario, encuentro capítulos de su vida cercanos a los míos y, entre ellos, como he sabido por las entrevistas periodísticas, nada menos que el fallecimiento de su único hermano a temprana edad, que fue un drama similar al que sufrió mi familia.
Me parece buena persona, ha sido buen obispo en sus dos anteriores destinos (Toledo y Córdoba), ha comenzado mostrándose dispuesto a colaborar en lo que sea posible con su cardenal, y personalmente le deseo toda clase de éxitos en su labor en beneficio suyo y de toda la Iglesia de Sevilla.
Pero ya se sabe que los hechos son tozudos.Ha habido en estos días un revuelo de sotanas reflejado en mensajes de Internet que me ha dejado perplejo. Me explico que José Cretario finalizase ayer su artículo de “Gota a gota” en ABC recogiendo el comentario de un interlocutor suyo que le decía “…te juro que, con lo que quiero al Cardenal,no me podía quedar callado. Esto ha sido una jugada”.
2 comentarios:
La entrada de don Carlos fue muy sencilla, casi nadie le conocía, pocos obispos, el nuncio, que no concelebró, era monseñor Innocenti, fallecido hace unos meses. En la catedral, en la toma de posesión del arzobispo coadjutor, faltamos los sevillanos, con tantas invitaciones para los forasteros, autoridades, guardas de seguridad, azafatas y azafatos, controles, vallas, nos quedamos en casa, esperando verlo por Popular TV, y no vimos nada, lo tuvimos que escuchar en Cope.
Ignoraba la muerte del único hermano de monseñor Asenjo a temprana edad, tal como el recordado Rafael, su hermano.
Francisco Navarro, amigo desde que eramos niños, se encuentra fuera de España.
Acertados los perfiles que destaca comparando ambas ceremonias de recibimiento.
Gracias por el recuerdo a mi hermano Rafael.
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