Hay dos jiennenses que guardan en su corazón tanta valentía como los más templados espadas de la tauromaquia actual.Los dos se apellidan Montes. Uno es Álvaro, un rejoneador tan atrevido que, por intentar recientemente en la plaza de las Ventas una difícil pirueta a caballo en la cara del toro, éste les derribó haciendo rodar sobre él a la cabalgadura y seccionándole media oreja lo que le obligó a pasar a la enfermería.
El otro se llama Eduardo y es hijo y heredero del recordado Higinio, irrepetible pionero de la tele andaluza y desafía las embestidas de los cornúpetas a campo abierto con una cámara rodando para Canal Sur.
Al primero que carece de antecedentes en la tauromaquia – su padre es un importante proveedor de áridos y otros materiales para la construcción – le hice un poemilla que incluí en “Balconcillo de sol”, manojo de versos taurinos que publiqué hace dos años:
Álvaro Montes, torero
Aunque no tiene montera;
Mas sí la sal pinturera
del andaluz con sombrero.
¡Qué pellizquito campero,
mezcla de risco y satén,
da su moderno vaivén
al actual rejoneo!
¡Qué perfección de toreo!
¡Qué despacito, qué bien!
Joven, vibrante, valiente.
Llega enseguida a la gente…
Y es de Jaén.
Al segundo, a Eduardo, no me atrevo a escribirle nada porque necesitaría un caudal de inspiración de poesía épica solo para encender el ordenador.
Ayer, como cada domingo, en el programa “Toros para todos” que dirige y presenta Enrique Romero, nos ofreció un atractivo muestrario de la auténtica belleza del campo de las ganaderías de bravo capaz de hacer más afición que muchas corridas televisadas.
Dos quehaceres distintos pero ambos coincidentes en la defensa de la fiesta más española y, por eso mismo, más denostada por quienes todos sabemos.
3 comentarios:
Es para mí un verdadero placer, el visitar este su blog. Espero y deseo siga deleitándonos con el buen hacer, al que ya nos tiene acostumbrados.
Dos toreros que apuntan maneras y un programa de arte y categoría.
Reciba un fuerte abrazo. Ni que decir tiene que le enlazo ahora mismo.
Te dejo un comentario para que veas que te leo. Sana costumbre esta de dejar huella del paso que satisface al escritor. Sinsitris.
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