Vivir habitualmente en un pueblo sin perder por ello la cercanía con la ciudad supone gozar de una serie de privilegios envidiables. En la ciudad, crecida anárquicamente, se pueden ir diluyendo las más entrañables señas de su identidad. En los pueblos, aunque el fenómeno se pueda repetir miméticamente, hay más posibilidades de preservar incontaminados estos rasgos áureos que entroncan el pasado con el presente.
En Salteras, esto es así. Y ahora que se acerca el sevillanísimo dia de la Virgen de los Reyes, el pueblo que, como Triana, la Rinconada o los arrimados a las playas fluviales del Guadalquivir,Alcalá del Rio, Coria del Rio y Puebla del Rio fue distinguido nada menos que por Juan II, que ya ha llovido desde entonces, “guarda y collación de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla” ofrece la originalidad histórica de conmemorar la institución de la Eucaristía situando la festividad del Corpus el mismo día agosteño de la Asunción de la Virgen.
Así que cuando las puertas de la Catedral de Sevilla se abren para dejar paso a la procesión solemne de la Patrona de la Archidiócesis, en el pueblo aljarafeño se está consumiendo la impaciencia del preludio de esta otra procesión en la que se pasea por las calles al Cuerpo de Cristo en una remozada custodia y a su Patrona Coronada la Santísima Virgen de la Oliva, apenas el sol veraniego atenúa su rigor con las suavidades vespertinas.
Día grande en Salteras que alcanza en esta jornada el cenit de su Feria y Fiestas que se extienden desde el 13 al 17. Y jornada histórica. Siempre lo es, perpetuando año tras año las páginas de su trayectoria antigua y singular. El Corpus en Agosto porque en Junio los saltereños se hallaban diseminados por los campos de los alrededores de la localidad ocupados en las faenas inaplazables del tiempo agrario. Y ¿desde cuando?... Desde siempre. En las Reglas del siglo XVIII que conserva la Hermandad Sacramental puede leerse que “.. es tradición antiquísima el celebrar su fiesta principal o de instituto el día quince de agosto, festividad de la Asunción gloriosa de nuestra señora a los Cielos en Cuerpo y Alma” .
Y estas Reglas no son las primitivas ya que en un fragmento de ellas aparece la mención a unas anteriores extraviadas o perdidas a las que se refiere afirmando que “esta Hermandad del Santísimo Sacramento de Salteras se halla de presente sin regla alguna para el gobierno… ya porque se aya perdido o consumido o padecido una gran decidia” Es decir que las Reglas precedentes son anteriores al 12 de septiembre de 1783 en que éstas se hallan fechadas.
Rastreando en sus anotaciones y en las del Archivo de la Hermandad de la Patrona se adquieren datos que ayudan a perfilar la antigüedad de estos festejos que alcanzan notoriedad cuando en 1540 visita el pueblo, que tras Sanlúcar la Mayor y Aznalcázar era el más habitado del Aljarafe, el arzobispo Fray García de Loayssa, dominico sencillo pero poderoso, amigo personal de Carlos primero de España y quinto de Alemania al que le parece pequeña la iglesita medieval en donde se celebraban los actos y ordena se derruya para construir esta catedral que ha llegado a nuestros días y que ya se consagra no solo a Santa Maria de la Asunción como venían siendo todas desde la repoblación de Alfonso Décimo, sino a Santa Maria de la Oliva.
En aquellos tiempos, siglos dieciséis y diecisiete se traían de fuera danzantes y ministriles, músicos y toros de fuegos. También había toros de verdad en ruedos ocasionales. Y se pagaban treinta reales a los toreadores.
En las fiestas de ahora, los músicos son los excelentes profesores de las dos bandas,la de la Oliva y la del Carmen. Siguen los toros de fuego y se “lidian”,por lo menos, dos cada noche,al filo de la madrugada. Y no hay corridas, pero sí una figura de categoría, número uno en el escalafón actual en plazas de primera, que acaba de triunfar en Gijón y San Sebastián y, días más tarde, torea en Bilbao.
2 comentarios:
Que bonito.
Que ganas de ir a Salteras!
Un dia precioso para un pueblo que destaca sobre todo por su buena gente.
Curiosamente, fué en esta procesión donde un servidor ganó el primer sueldo de su vida, cargando las andas de San Sebastian junto con otros cuatro chiquillos, cuatro cargabamos con el pasito y uno hacía las veces de capataz.
Quien sabe si de ahí me viene la afición a los pasos, quien sabe si de ahi me viene la suerte laboral,
quien sabe si por eso me siento un saltereño más. Lo que si se, es que nos pagaron setecientas pesetas a cada uno, que más tarde me gasté en los cacharritos de la fería,y que el moratón del hombro me duró mucho más que mi primer sueldo.
Lo dicho, un dia precioso.
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