Así que, por mi parte, no hay más que hablar.La prolongación por la Avenida de la Constitución hasta llegar al edificio de Correos y el Archivo de Indias siguiendo después por Fray Ceferino González hasta el recodo que se produciría delante de la puerta del Príncipe, en la fachada meridional de la Catedral, ocupando el espacio siguiente hasta agotar el ángulo de visión, es la única solución válida que puede aceptarse para empezar a hablar con sensatez de la ampliación de la Carrera Oficial.
Esto significa incluir en la colección de hermosos decorados urbanos situados a lo largo del itinerario común de las cofradías nada menos que al Archivo de Indias, muestra del papel de la ciudad como centro administrativo del Nuevo Mundo, espléndido de líneas constructivas que indefectiblemente recuerdan los gustos arquitectónicos de su propulsor, Felipe segundo, y también la fachada sur del Templo Catedralicio con la Puerta de San Cristóbal, del Príncipe o de la Lonja, que, aunque es algo reciente, ya que data de 1887, constituye una muestra contemporánea inserta en el estilo gótico del edificio.
Ahora bien, la riquísima aportación monumental al discurrir de las cofradías por este entorno no se agota aquí. Una cámara curiosa de televisión situada en él puede recoger ángulos sorprendentes no solo de la Catedral y la Giralda, sino de sus alrededores saltando hasta los Reales Alcázares, la plaza del Triunfo, con el monumento a la Inmaculada, los jardines de Cristina y el Palacio de San Telmo…
Todo esto, resumido aquí en una breve panorámica digna de ser desmenuzada en miles de secuencias y tomas inéditas. No se olvide que este espacioso rincón, apropiado para la ampliación de la Carrera cofrade, se halla enclavado nada menos que en la que alguien ha llamado la Acrópolis sevillana.
Aquí se pueden instalar unos segundos palcos. Y hasta una gigantesca tribuna. Y aquí igualmente puede situarse una presidencia de honores dedicada a la representación de la Comunidad autónoma que hasta el momento no ocupa ningún espacio con propiedad. Así tendríamos tres representaciones oficiales: la de los protagonistas del evento, el Palquillo del Consejo; la de la Ciudad, con los ediles del Municipio en la Plaza de San Francisco y la de Andalucía en esta inédita ubicación.
Las televisiones locales y no locales, las radios y los fotoperiodistas no tendrían porqué disputarse sitios privilegiados porque habría para todos. Y los cortejos procesionales disfrutarían con una nueva Campana, más idónea si cabe, extendida a la sombra del Primer Templo de la Ciudad y su Archidiócesis donde rinden sus recorridos penitenciales.
Aquí, tal vez, radicaría su más amable riesgo. Las cofradías querrían lucirse al llegar a este punto y las posibilidades de retrasos acumulados serían mayores.
Pero eso tiene fácil solución. Y serían las mismas hermandades, directamente implicadas, las llamadas a aplicarse cualquier amarga medicina recetada por sus propios organismos de organización y control.
Por lo demás, todo seguiría casi igual porque únicamente las cofradías que utilizan Fray Ceferino González para iniciar su itinerario de regreso se verían obligadas a recorrer unos metros más pasando por Santo Tomás y Tomás de Ibarra en la otra orilla del Archivo.
La Carrera Oficial de esta forma no solo se habría ampliado sino que aparecería notablemente perfeccionada.
2 comentarios:
Yo recuerdo los años en los que hacía la carrera oficial el Sábado Santo "al revés", debido a la liturgia de la Catedral. Yo me pregunto ¿a nadie se le ha ocurrido pensar en que podría hacerse al revés contando con las modificaciones apuntadas por José Luis Garrido?. Algunos problemas de acceso a Campana podrían eliminarse.
Puedo estar de acuerdo con el autor sobre lo que habla de la Carrera Oficial. Sin embargo, creo que los pocos metros de los que habla que deben recorrer las cofradías que vuelven por fray Ceferino, no son tan pocos. Piénsese en lo que supone un mínimo de 40 minutos más de recorrido para hermandades como el Gran Poder o la suya del Calvario. Un afectuoso saludo.
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