Transmisión de corridas por televisión.

Angelmo,uno de los seguidores habituales de mi Blog, preguntaba el otro día al pie del artículo sobre los banderilleros, “¿por qué se retransmiten tan pocas corridas?... ¿Por qué hay que pasar por la taquilla de Digital plus? y si son conscientes los profesionales taurinos del daño que se hace a la Fiesta cuando reducen las retransmisiones a opciones de pago accesibles solo a unos pocos”

Bien, pues, camino, pisando firme sobre el enlosado del patio de caballos, tratando de esquivar las inevitables boñigas, me lió en mi capotillo de paseo y… ahí voy.

Para empezar, confieso que desde el otro día la cuestión me preocupa también. Y que, después de haber repasado el libro de Armand Balsebre “Historia de la radio en España” (1939 – 1985) Dos tomos, Cátedra,2002, en donde puede leerse en la página 436 del tomo segundo, “Lorenzo Ortiz, con José Luis Garrido Bustamante, inauguran en los años sesenta desde la emisora sevillana Radio Vida, el formato de las retransmisiones en directo de corridas de toros (hasta entonces solo se hacía crítica, comentarios y entrevistas a su término )” a lo que debo apostillar que el comienzo, situado en la época que se menciona, correspondió al final de la misma porque fue en la década siguiente cuando asentamos el proyecto con cifras de audiencia espectaculares, y que estos tempranos trabajos, como los posteriores que acometí en televisión, pienso que me acreditan para contestar estas preguntas.

Tanto la Real Maestranza como la Empresa nos dieron facilidades abundantes, aunque no todas las que hubiese cabido esperar. La Maestranza no quería que el mazo de cables telefónicos que en ese tiempo resultaba imprescindible, afease la estética de la plaza. La Empresa temía que, al darse los festejos en transmisiones directas por la radio, arruinase la taquilla. (¿Qué habría dicho hoy el bueno de don Diodoro ante la exclusiva que concede su hijo Eduardo a Canal Plus o a Digital Plus y se llenan los graderios?)

Las dos objeciones las resolvimos a gusto de todos. Los técnicos de la emisora llevaron a cabo un exhaustivo trabajo de enmascaramiento de los cables haciéndolos descender en un trenzado de cola de caballo desde la altura de la grada por donde había que buscarlos hasta un burladero de callejón que, por hallarse cerca de la reja de separación entre tendidos, pareció el más aconsejable.
Los temores de Canorea los despejamos prometiéndole que la transmisión se llevaría a cabo con intermitencias publicitarias, seguidas de ráfagas de pasodobles, como así hicimos sin que nunca hubiera de llamarnos la atención.

El cliente publicitario era la Bodega jerezana C.Z. Rivero para su Fino Mantecoso.
Don Pedro Rivero,el gerente de la bodega, todo un caballero andaluz, me lo confesó cuando finalizó el ciclo ferial de la primera temporada que había patrocinado su producto. Nunca una campaña en la radio le había resultado más rentable.

El otro día buscando fotos antiguas para un trabajo que me ha pedido la Asociación de la Prensa con motivo de su centenario di con la que describo hoy como cierre de estas líneas. En ella se me ve ante el micrófono. Narraba toda la corrida. A mi lado Lorenzo Ortiz,Salustio, que añadía los comentarios críticos. La foto es de Francisco Serrano. (Feria de Abril de 1971). Está dedicada y fechada al dorso.
Que Angelmo quede tranquilo: seguiré con el tema.