Prada y Utrera Molina

Nuevamente tengo que escribir de Juan Manuel de Prada a quien veo en televisión de vez en cuando enfrentado dialécticamente con un colega de profesión, sectario, pero bien pagado, llamado José María Calleja.
Juan Manuel, al que un infeliz aculturado – supongo- de cerebelo carcomido por la propaganda de su partido, decía no ha mucho en un SMS sobreimpresionado en la imagen televisiva “vete; catetos como tu no queremos en Cuenca” que se comenta por sí solo, ha tenido la gallardía de defender a don José Utrera Molina a lo largo de un lúcido comentario publicado en el ABC del día seis.
No hace mucho escribí, en estas sencillas divagaciones, sobre los premios que de Prada había conseguido y en torno a su sensibilidad para entender, no siendo andaluz, las capacidades de este pueblo para manifestar su fe, vivir su religiosidad, capear sus temporales y aguantar estoicamente sus tormentas.
Hoy lo hago por su hidalga caballerosidad poniéndose al lado de quien los verdosos enanos envenenados que impregnan de mediocridad nuestra clase política quieren desposeer de sus últimas prebendas de hombre público a la vieja usanza.
Los periodistas de los años sesenta que trabajábamos en Sevilla en esa época le conocimos bien y fuimos testigos de su eficaz prudencia en aquella década, pródiga en acontecimientos que exigían ánimo templado y pulso firme. Y atendimos a su percepción de la realidad histórica abanderando cambios no siempre fáciles de patrocinar frente al pétreo inmovilismo que le rodeaba. De aquí que, cuando “El Correo de Andalucía” que dirigía Federico Villagrán publica en octubre del setenta y cuatro la primera entrevista que se le hacía a Felipe González la lleva a la primera junto a unas declaraciones de Utrera, ya ministro, en las que pedía la necesaria modernización del Régimen.
Se aprecia que el otrora Gobernador Civil de Sevilla fuera una figura querida y respetada por la prensa cuyos componentes experimentaron unas formas nuevas del poder omnímodo delegado en él por el centrismo imperante ,asentadas en su estilo personal, respetuoso y dialogante con el quehacer de cada uno.
De aquí que los medios informativos, prensa y radio, designaran redactores fijos para seguir al Gobernador, entregado siempre al servicio de sus gobernados y sin pereza alguna para desplazarse allí donde hubiera surgido el menor problema. Era el coro de los Pacos. Por el Correo iba Paco Pérez González; por Radio Nacional, Paco Anglada; Por ABC, Paco Amores y por SurOeste, Paco Lara.
José María Durán, el hermano de Joaquín, que Pablo Carrasco, el nuevo director general de la RTVA acaba de trasladar de la dirección de antena de Canal Sur TV a la dirección de las cadenas de radio, compañero en la redacción de informativos de la Emisora Nacional en Sevilla, pergeñó un verso que fue cantado luego y llevado de boca en boca diciendo:

Paco Pérez… Paco Anglada…
Paco Amores… Paco Lara…
Ballet de Utrera Molina,
ballet del gobernador,
que ,a donde Utrera camina,
detrás de él se van “tos”.