Invitó un compañero mío, colaborador en programas de radio, a Joaquín Carlos López Lozano, el que fuera influyente director del periódico ABC de Sevilla, presidente del Ateneo y presidente de la Diputación Provincial, a una entrevista en una pequeña emisora que había empezado a funcionar en FM.
Joaquín Carlos estuvo ingenioso, inteligente y brillante. El espacio de las ondas se llenó de interesantes reflexiones y luminosidad de ideas. Cuando finalizó y mi amigo le hacía el honor de acompañarle en el ascensor hasta la salida escuchó que le preguntaba,
-- ¿Tu crees que esto lo ha oído alguien?
Es la interrogante desoladora que se abre cuando se apaga el rojo del fluorescente On the air. En el teatro, por lo menos, se percibe el palmoteo de los aplausos, aunque sean débiles. En la radio entonces se desconocía todo y aun se ignora hoy hasta que llegan los datos fríos de los taumaturgos de las encuestas.
Por eso me ha sorprendido muy gratamente encontrar sobre el felpudo de mis últimos comentarios en este blog la huella de unos cuantos ciudadanos de la blosfera – muchos más de los que me hubiese atrevido a imaginar - que han tenido la atención de visitarlo.
¡Albricias!... Esto marcha, me he dicho. E inmediatamente lo escribo aquí para darles las gracias.
3 comentarios:
Aquí tienes mi palmoteo, te sigo siempre pero cuando más me emociona es cuando hablas de cofradías. No te conozco en persona, pero sí por tus libros y la pregunta es ¿te puedo considerar amigo?
Yo nunca he entrado en tu casa, pero tú has entrado en mi casa un monton de veces (con las lecturas de media noche).
un saludo
Siga aquí, el aplauso comenzado por el amigo Manolo. Desgraciadamente tampoco le conozco personalmente, pero ahora mismo, me doy por satisfecho, sólo por haber leído los comentarios que le hemos depositado.
Simplemente, gracias.
Un fuerte abrazo.
Lo siento por mi tocayo y por el Sr Herodes; no es quiera darles envidia, es que me considero un afortunado porque yo sí te conozco personalmente ¡vaya si te conozco!
Una cosa: no te extrañes de recibir comentarios a todo lo que escribes y muy bien como siempre. Al fin y al cabo es el resultado de tu siembra: la honestidad, la rectitud,la profesionalidad, la fidelidad. Quien siembra así, recolecta aplausos.
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