miércoles, 12 de noviembre de 2008

Dejación

No comprendo nada. A unos turistas españoles los han dejado materialmente tirados en el Aeropuerto italiano de Fiumicino y, según declaran a las cámaras de la televisión y a todo el que pase por allí y les pique la curiosidad se ven presos del abandono y hasta del pánico al futuro sin que, según afirman, ningún preboste nacional de los que pululan por consulados y embajadas lo eviten.

Y en un carril bici de Fuenlabrada, localidad muy cercana a la capital del Reino,como es sabido, donde nació el Fundi, como sabemos los aficionados a toros, numerosísimos clientes potenciales de viviendas a precio asequible, que no baratas y mucho menos regaladas, forman largas e inamovibles colas, pernoctas incluidas y defensa de los fríos en tiendas igloo porque hay un señor que también se ha dejado ver ante los objetivos de los reporteros televisivos y que se hace llamar “El pocero bueno” o sea que tira del reclamo del afamado y discutido constructor para trazar una increíble campaña de promoción y marketing de viviendas por construir, que afirma que sí: que no se cuantos miles de vivienda tiene en proyecto y que los precios y las formas de pago son los que se han divulgado, muy por debajo y ostensiblemente mejores que los que circulan en el mercado inmobiliario porque él, como constructor solo se va a llevar el tres por ciento.

Es que son muy baratas, declaran los del aguardo en estas hileras ilusionadas que recuerdan a las que se trenzaban antaño el 21 de Diciembre para presenciar el sorteo de la Lotería de Navidad que no podía transmitir televisión porque todavía no había llegado y los números los cantaban los chiquillos, niñas aun no, del Colegio de San Ildefonso con su pegadiza cantinela.

¿Qué es del flamante embajador de España en Roma?... ¿Do mora el señor cónsul que debe estar tambien si no cerca de la Fuente de Trevi, en los alrededores de alguna Trattoria?... ¡Ah! ¿Qui lo sa?

¿Dónde se hallan las autoridades correspondientes para medir la cualificación de la insólita oferta de venta de pisos y defender o, cuanto menos, orientar a los incautos?... ¡Ah! tampoco se sabe.

¿Cuánto cobran los miembros de nuestro servicio diplomático a los que corresponde no pegar ojo hasta que sean debidamente atendidos sus connacionales en Fiumicino a los que parece que solo se les ha dicho que merced a su intervención la compañía se hará cargo de alojamiento y bocadillos?...

¿Cuál es la nómina de las autoridades a las que compete el servicio de investigación, protección y asesoramiento de los inocentes y esperanzados opositores a la diosa de la fortuna constructora de viviendas asequibles?...

O, en el tema del avión de la Aerolínea Ryanair la noticia está mal tomada y el reportaje no lo puede hacer peor un becario que repita curso… o quien ha aparecido ha sido un burócrata consular que tal vez haya dejado constancia de su presencia en la inevitable foto que es muy socorrida y muy canalla.

Y en cuanto a por qué nadie ha preguntado todavía al que se autodenomina “Pocero bueno” cómo se llama su empresa… qué balance y qué cuenta de Pérdidas y Ganancias presentó en Hacienda en la última declaración y cómo, sin acudir a los embrujos de los taumaturgos, piensa cuadrar ese circulo imposible de abaratar los precios del ladrillo si ni siquiera tiene adquirido el solar para edificar las viviendas que promete… no soy capaz de encontrar explicación coherente alguna.

En un caso y en otro la palabra que hallo es amarga y desoladora. Dejación.
Y me quedo aquí por no proferir los exabruptos que se me ocurren después.

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