jueves, 13 de noviembre de 2008

Impotencia popular.

Dos expertos economistas del IESE, Pablo Fernández y Vicente J.Bermejo en su estudio ‘Rentabilidad y creación de valor de 121 empresas en 2008’, han presentado diez medidas para salir “cuanto antes” de la crisis económica en la que está inmersa España y una de las primeras es reducir en una quinta parte el número de parlamentarios nacionales y autonómicos.

Esto significa llevar a cabo un ‘ERE parlamentario’ –nacional y autonómico- puesto que, según dicen: “está demostrado que el Congreso, el Senado y los Parlamentos autonómicos funcionan igual de bien con un 20% menos de parlamentarios”. Para entendernos y simplificando el dato: de cada cien, sobran veinte y esta reducción supondría ahorrar al bolsillo de todos los españoles que somos los que los pagamos una quinta parte de lo que nos cuesta hoy su inactividad.

Si a esto añadimos una reducción en igual porcentaje del número de concejales en los ayuntamientos municipales y un recorte del sueldo de todos los políticos en diez puntos porcentuales, como también apuntan Fernández y Bermejo, el ahorro repercutiría de manera notable en todos aquellos que en este ciclo de crisis recién iniciado lo empiezan a pasar muy mal.

Sería además una decisión lógica, necesaria y procedente. En estos días se está viendo como los distinguidos representantes del pueblo soberano en número considerable no aparecen por el Congreso. Las imágenes que muestra la prensa un día sí y otro también recogiendo escaños vacíos pueden resultar desoladoras para el ciudadano medio, el que paga los impuestos con los que, como dicen algunos criticones, los diputados viven a cuerpo de rey y es que los pobres no es que no trabajen ni que dejen de cumplir con su sagrada obligación democrática, sino que no tienen nada que hacer.

Los políticos siguen siendo serios y responsables. Y si alguien dice que la corrupción se extiende y los gastos se incrementan, que los diputados se han adjudicado dietas, viajes gratis, jubilaciones envidiables, seguros médicos y atenciones preferentes en los más diversos sectores, al margen de la crisis que para ellos al parecer no cuenta en absoluto… hay que llamar urgentemente a Maria Antonia Iglesias o a Enric Sopena para que redacten un amable desmentido y si es posible lo lean de viva voz.

Es una injusticia mantener inactivas a mentes tan preclaras. Cuanto antes hay que acelerar una reducción de su número en bien del país y de ellos mismos.

Lo terrible, lo preocupante y hasta lo vergonzoso es que el pueblo que contempla esta situación no hace nada por remediarla y, además, se muestra impotente.

Si por lo menos los periódicos no publicaran las fotos…

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