El Papa ha nombrado arzobispo coadjutor de Sevilla a monseñor Juan José Asenjo, hasta hoy obispo de Córdoba. Noticia de las que hacen aguzar los oídos cuando se atiende distraídamente a la radio o al televisor. El nombramiento lleva aparejada la sucesión en la archidiócesis sevillana, al frente de la cual sigue el cardenal Amigo porque en cuanto a don Carlos se le acepte la renuncia que presentará el verano que viene, monseñor Asenjo pasará a ser el pastor de la iglesia sevillana.
Juan José Asenjo, nacido en 1945 en Sigüenza (Guadalajara), fue nombrado obispo de Córdoba por Juan Pablo II.
Ordenado sacerdote en 1969, desempeñó desde 1998 hasta meses antes de este nombramiento la secretaría general de la Conferencia Episcopal Española y, desde 1997 era obispo auxiliar de la diócesis de Toledo.
La Iglesia católica en España ha tenido tres obispos coadjutores en las dos últimas décadas: monseñor Fernando Sebastián Aguilar, que fue arzobispo coadjutor de Granada de mayo de 1988 a marzo de 1993; monseñor Ignacio Noguer Carmona, que fue obispo coadjutor de Huelva de octubre de 1990 a noviembre de 1993; y monseñor Joan Enric Vives Sicilia, que fue obispo coadjutor de Urgell de julio de 2001 a noviembre de 2003. Monseñor Sebastián fue trasladado a Pamplona-Tudela antes de ocupar la sede granadina, mientras que monseñor Noguer y monseñor Vives pasaron a gobernar las diócesis citadas cuando quedaron vacantes.
Atendiendo a estos datos estamos ante un hecho no excepcional pero sin duda poco corriente. El cardenal todavía no ha presentado la renuncia porque, si bien la tiene ya próxima, aun no le ha llegado el momento que no se producirá hasta cumplir la edad reglamentaria. Por lo tanto es evidente que Roma pone a su sucesor antes de que le toque retirarse. ¿Por qué?
Ya he leído algunos supuestos especulativos divulgados por medio de blogs o portales de Internet: Las respuestas que se manejan son: Porque desea que el sucesor se haga cuanto antes con los mandos de la archidiócesis. … Para que tenga tiempo de rodearse de los colaboradores que estime oportunos… Para que vaya pensando en la reforma urgente que necesita el Seminario…
¿Urgente? ¿Por qué?
Y algo que aun ha reclamado más intensamente mi atención: El asunto de las cofradías.
¿Qué es eso del asunto de las cofradías?...
Es evidente que sin el papel que juegan las cofradías en la religiosidad sevillana el impulso que han recibido las vocaciones en los últimos tiempos no se hubiera producido y las iglesias estarían tan vacías como,por desgracia, se contemplan en diócesis castellanas y norteñas.
¿Quiénes son los informantes de los autores de estas bitácoras o periódicos de la red?
Personalmente no oculto que me agradaría que si Monseñor Amigo abandona un día la silla del Arzobispado sea para ocupar en Roma el puesto que merece y que le permiten sus capacidades en los mundos iberoamericano y musulmán como Cardenal de la Santa Iglesia.
3 comentarios:
1.- Me ha sorprendido enormemente este anuncio de relevo en el Palacio Arzobispal de Sevilla. No tenía ni idea de la obligación de renuncia a los 75 años de los Cardenales. Pero creo que ningún periodista avezado en temas religiosos sevillanos se lo sabía o barruntaba al menos esta situación. Nos ha cogido a todos "in albis"
2.- Estando como estamos tan acostumbrados a que cualquier cambio en los organismos públicos se aireen y se pulse la opinión pública antes de hacerlas efectivas, llama la atención el modo de proceder, discretísimo e inexorable de la Iglesia.
3.- Y me pregunto si Fray Carlos está contento o triste.
4.- Enhorabuena al autor del Blog por estar al cabo de la actualidad
5.-¿Y las ovejas a las que se les cambia el pastor? ¿cómo estarán ante tan súbita sustitución?
6.- Muchas incognitas que le dejo en el aire señor Bustamante, pero pa mi que Fray Carlos está tristón.
Todos los obispo presentan su renuncia al gobierno de sus diócesis al cumplir los 75 años. Don Carlos había pedido un arzobispo coadjutor al Santo Padre, para hacer más suave la transición. Algunos afirman en los blogs, sin dar sus nombres, que le ha sido impuesto por la Santa Sede, si tal cosa fuera cierta, que no lo es, mentirían el cardenal, el arzobispo coadjutor electo, el nuncio y el vicario general de Sevilla, que afirman lo contrario.
Por supuesto me quedo con la versión de mi arzobispo, don Carlos.
Este nuevo no se si se hará capillita como Amigo. Llegan tiempos duros. Apriétense el esparto.
Raul Cañadas
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